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Esperanza de paz en Colombia

Eva Usi3 de septiembre de 2012

Analistas europeos consideran que las posibilidades de un amplio proceso de paz en Colombia han mejorado considerablemente y llaman a analizar las causas del conflicto de cara a las negociaciones anunciadas en Oslo.

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Imagen: picture-alliance/dpa

El máximo líder de la guerrilla de las Fuerzas Armadas de Colombia (FARC), Rodrigo Londoño, alias “Timochenko”, anunció en un video difundido en Internet que acudirá a las negociaciones con el gobierno colombiano “sin rencores ni arrogancias”.

El pronunciamiento acerca de su disposición a negociar con el gobierno de Bogotá, era esperado después de que el presidente colombiano, Juan Manuel Santos, anunciara la semana pasada que su gobierno mantendrá negociaciones de paz con la guerrilla marxista.

Santos apuesta por el diálogo con el grupo guerrillero más antiguo de Latinoamérica, que cuenta actualmente con unos 8.000 efectivos, para poner fin a un conflicto interno que asola al país desde hace más de 60 años.

FARC Rebellen in Kolumbien
Rebeldes de las FARCImagen: picture-alliance/dpa

Sorpresa, pese a los rumores

“La noticia fue una sorpresa a pesar de que ya existían rumores desde hace tiempo. La recepción en Colombia ha sido positiva, aunque también hay quienes la critican, pero en general hay esperanza, la población quiere un fin de la guerra”, afirma Hans Mathieu, representante en Colombia de la Fundación Friedrich Ebert, cercana al Partido Socialdemócrata alemán.

El experto alemán advierte que del desarrollo de las conversaciones que comenzarán el próximo 5 de octubre en Oslo, Noruega, depende una posible reelección de Santos.

“El plan de Santos es que el Ejército de Liberación Nacional (ELN), la segunda guerrilla colombiana, que cuenta con unos 2.500 efectivos, se sume a las negociaciones invitados por las FARC. Históricamente ha habido una rivalidad entre ELN y las FARC, hace dos años ambos grupos acordaron que no se combatirán más”, afirma Mathieu.

El proceso será acompañado por los Gobiernos de Chile y Venezuela, mientras que Cuba y Noruega oficiarán de garantes. La noticia ha sido recibida con beneplácito por organismos internacionales como la ONU y la Organización de Estados Americanos (OEA) y por Estados Unidos, la Unión Europea, así como Ecuador y Nicaragua. También por organizaciones episcopales como Misereor, cercana a la Iglesia Católica alemana.

ARCHIVBILD Konflikt mit FARC-Rebellen in Kolumbien
Soldados patrullan el río Micay, tras un atentado de las FARC.Imagen: AP

Atender las causas del conflicto

“Si se llega a un cese al fuego en el marco de un proceso de paz deben analizarse las causas del conflicto, tales como la desigualdad social y la inequidad en el reparto agrario. Así mismo deben buscarse soluciones y promover la inclusión de amplios sectores de la población colombiana en el desarrollo del país”, afirma el director de Misereor, Martin Bröckelmann-Simon.

A través del llamado Marco para la Paz, el presidente Santos busca dar una salida política a los guerrilleros. Una de las cuestiones clave en las negociaciones será el desarme. “Ya está aprobada por el parlamento y establece principios que otorgan al presidente la capacidad para negociar con la guerrilla un acuerdo de paz”, afirma Matthieu.

El experto señala que según dicho marco legal se tratarán las violaciones a los derechos humanos. “Solamente las violaciones más importantes se juzgarán en tribunales y, una vez que estos fallen, el gobierno puede hacer una reducción de la condena”, explica.

No hay cese al fuego

Mathieu considera que la guerrilla podría seguir desafiando al Gobierno con atentados terroristas. ”Las acciones violentas son parte del proceso de negociación en un intento por demostrar que todavía pueden herir”, destaca y añade que "igualmente el Gobierno puede demostrar a la guerrilla que es capaz de golpearla y eliminar a muchos de sus combatientes y que a pesar de que puedan retirarse a zonas inaccesibles, tendrán que hacer muchos sacrificios de sangre”.

El experto advierte que la motivación para ir a las negociaciones por parte del Gobierno y la guerrilla es clara: ninguno logrará vencer al otro. “Las FARC saben que no pueden ganar el conflicto, pueden continuar con acciones terroristas pero han perdido su legitimación frente a la población, sobre todo en las zonas que ellos controlan, por eso no hay un futuro político para sus combatientes”, afirma Mathieu.

Autora: Eva usi

Editora: Rosa Muñoz Lima