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Aún hay muros

9 de noviembre de 2009

La realidad económica habla de diferencias notables entre el este y el oeste de Alemania. En la sociedad germana también hay muros generacionales.

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Ciudadanos derriban el Muro de Berlín, en noviembre de 1989.Imagen: AP

Der Standard, de Viena: "Aún son muchos los que hoy ven a los estealemanes como los que siempre se quejan y nunca están satisfechos. La increíble suma de 1.300 millones de euros ha corrido de oeste a este como apoyo a la reconstrucción. Pero aún así, en el este el desempleo es más alto, mientras que la productividad es más baja y más personas se sostienen con ayuda social del Estado. También hay regiones en el oeste del país (por ejemplo, la Cuenca del Ruhr), que acusan necesidad de asistencia urgente. Los alemanes occientales experimentan desde 1989 una transformación gravosa: la globalización. Ésta también ha cambiado muchas biografías occidentales. En los próximos años no habrá mucho dinero más a ambos lados del antiguo muro. Trabajar para la mutua comprensión, en cambio, no costará nada. Sólo así podremos decir dentro de 20 años: sí, los alemanes somos un solo pueblo.”

Pieza de museo

La Repubblica, de Roma: “A veinte años de distancia, el tortuoso pasado es una pieza de museo. La Alemania federal se muestra relajada en la festiva capital. También se trata de un asunto generacional. Quien hoy tiene 30 años no alberga nostalgia alguna porque recuerda poco o nada de aquellos tiempos. Tampoco entiende el por qué de la desconfianza entre orientales y occidentales. Antes, unos se diferenciaban bien de los otros,tanto en la vestimenta como en la gesticulación. Ahora, cualquier berlinés podrá decir que esto es prácticamente imposible, y que la lucha entre los dos ‘clanes' es una costumbre o una tradición, mas no una realidad capaz de afectar la relación entre ambos.”

Lecciones no aprendidas

Desde Francia, Libèration: “La noche del 9 de noviembre de 1989 transformó por completo la realidad geopolítica y revolucionó el ámbito cultural, económico y social. Las antiguas potencias del Pacto de Varsovia, sobre todo Rusia, no han entendido todas las lecciones del fin de la Cortina de Hierro. Aún se extravían en la vía de la zozobra autoritaria y la violación a los derechos humanos.”

Pasó lo increíble

The Times, de Londres: “Se necesitaron dos décadas e inversiones inimaginables para eliminar 40 años de fracasos en los gobiernos comunistas. El Este es aún hoy más pobre y presenta más desempleo que el Oeste. Pero goza de libertad. ¿Y quién hubiera pensado que la hija de un párroco estealemán se convertiría en canciller de una democracia estable y segura de sí misma?”

Aún hay muros

En Berlín, el Berliner Zeitung: „Quien hoy tiene 20 años jamás vivió la confrontación entre la República Federal de Alemania y la República Democrática Alemana. Una generacion entera desconoce la ‘locura' y en el mejor de los casos sonreirá con conmiseración cuando los veteranos le narran lo que sucedió el 9 de noviembre de 1989. Estamos, pues, lejos de una evaluación común sobre la vida en la Alemania unificada: aún hay Ossis (alemanes del este) y Wessis (alemanes del Oeste).”

Editora: Cristina Papaleo