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El muro México-EEUU, "mucho peor que el de Berlín"

Mirra Banchón27 de octubre de 2006

La ley para ampliar el muro fronterizo entre Estados Unidos y México está aprobada. Sobre el sentido y el momento de esta medida, DW-WORLD conversó con Dietrich Thränhardt, experto en política comparada y migración.

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El muro separa aún más a dos vecinos distantes.Imagen: AP

El presidente estadounidense George W. Bush firmó la controvertida ley para la construcción de un muro fronterizo con México. Hasta fines de 2008, cerca de un tercio de la frontera común, deberá contar con una elevada valla especial.

"La ley ayuda a proteger al pueblo estadounidense", aseguró el presidente Bush durante la firma de la ley, agregando que "lamentablemente el Estado no estuvo en condiciones durante décadas de controlar por completo las fronteras". Esto, declara el presidente norteamericano, "ha aportado al incremento de la inmigración ilegal". Para combatirla, esta ley, que duplica el número de agentes fronterizos a 18.000 hasta 2008 y autoriza el desembolso inicial de 1.200 millones de dólares para la construcción del muro, cuyo costo total es de unos 6.000 millones.

El número estimado de 12 millones de personas que entretanto viven de manera ilegal en Estados Unidos se ha convertido en un tema candente de cara a las elecciones legislativas del próximo 7 de

noviembre. Los republicanos temen la ira de los votantes conservadores, que acusan al gobierno de Bush de haber hecho demasiado poco contra la inmigración ilegal; ésta, en su opinión, representa una amenaza para los puestos de trabajo e incrementa la criminalidad.

La ley es duramente criticada internacionalmente, sobre todo por México. DW-WORLD conversó al respecto con el catedrático Dietrich Thränhardt, director de Instituto para Ciencias Políticas de la Westfälische Wilhelms-Universität de Münster y especialista en política comparada y migración.

DW-WORLD: ¿En qué medida impedirá la construcción del muro entre Estados Unidos y México la corriente migratoria hacia Estados Unidos? Ayer Vicente Fox, el todavía presidente de México, hizo expresa su desaprobación del asunto y pronosticó que el muro no cambiará la situación.

THÄNHARDT: Está claro que la gente seguirá intentando pasar la frontera a través de los tramos que no están asegurados. La medida tiene, además, un segundo efecto contraproducente: los mexicanos que ya están en los Estados Unidos no emprenderán de ninguna manera el regreso e intentarán por todos los medios quedarse en el país.

El presidente electo de México, Felipe Calderón, comparó el muro entre México y Estados Unidos con el Muro de Berlín. ¿Es, en su opinión, posible comparar ambos muros?

Sí. En la ex República Democrática Alemana no se quería dejar salir a la gente. Estados Unidos no quiere que la gente entre. Sin embargo, la comparación de ambos es posible, pues en la frontera entre México y Estados Unidos mueren anualmente tantas personas como durante todo el tiempo que existió el Muro entre las dos Alemanias. En esa medida, teniendo en cuenta la cifra de muertes, la frontera mexicano-estadounidense es mucho peor que el Muro de Berlín.

¿Por qué pretende el presidente norteamericano, George W. Bush, justo ahora ampliar el muro entre ambos países?

El actual esbozo de ley ha salido puntualmente para las elecciones. Colocar el tema en primer plano de la campaña electoral se debe a que el tema Irak se ha vuelto muy difícil para los republicanos. Eso por un lado. Por otro, hay que tener en cuenta que los norteamericanos quieren, desde siempre, parar la corriente de mano de obra de América Latina. A pesar de ello no están dispuestos a desarrollar mecanismos de control internos. De esa manera, los granjeros en California, por ejemplo, siguen necesitando, empleando y llamando a este tipo de trabajador.

Para todos está claro, también para el presidente Bush, que el mercado interno norteamericano colapsaría sin esa mano de obra…

Por supuesto. Existen completos ramos de la producción que funcionan exclusivamente con mano de obra mexicana. Y a pesar de que el gobierno está consciente de que sin ellos el mercado colapsaría, en la política es así: se hace y decide cosas un tanto problemáticas. Pero no se puede decir, sin embargo, que el presidente Bush sólo acciona de esa manera, pues también ha propuesto desarrollar un gran programa de amnistía. El problema que yo veo, es que de todo su programa, que incluye medidas tanto negativas como positivas, sólo se tiene en cuenta las negativas, como es la construcción del muro.

Sólo 112 kilómetros de los 3.200 que habría que asegurar están listos y sólo 1.200 de los 6.000 millones necesarios están aprobados. ¿Cuán en serio hay que tomar este plan? ¿Es posible acabar de construir el muro?

Pues, yo creo que sí. Hay tramos que ya están listos, y la seguridad de esa frontera es impresionante. Ciertos trechos de la frontera, además, no será necesario que sean asegurados, pues la propia naturaleza impide el paso. Por ejemplo, en el desierto, en donde la gente acaba muriéndose de sed en caso de intentar pasar por allí.

Estados Unidos planea construir un muro visible. ¿En qué se diferencia la muralla invisible que construye la Unión Europea en sus fronteras exteriores de la visible estadounidense?

La Unión Europea ha resuelto internamente este problema de manera muy diferente, pues tenemos una zona de libre comercio y, al interior de Europa, tránsito libre. De no haberlo hecho así, en este momento tendríamos en la frontera entre España y Francia, o entre la de Alemania y Polonia, problemas semejantes a los que existen en este momento entre México y Estados Unidos.

Para el mercado interno se ha resuelto el asunto de manera óptima. Lo que no ha sido resuelto todavía es la discrepancia entre África y Europa, pero creo que la política europea es más activa en cuanto al desarrollo de iniciativas en este sentido que la política norteamericana.