EL MoMA se despide de Berlín

Hasta el último minuto hubo colas para entrar en la muestra del Museo de Arte Moderno de Nueva York (MoMA), que cerró sus puertas en la nueva Galería Nacional de Berlín. Fue una exposición de superlativos, tanto en lo artístico como en cuanto al interés que despertó en el público: con más de 1.200.000 visitantes ha sido, sin duda, la más exitosa realizada en la capital de Alemania.

El imán del arte

Verdaderos íconos del arte del siglo XX fueron los que actuaron como un poderoso imán, no sólo para los alemanes sino también para turistas del mundo entero llegados a Berlín. Las obras de Monet, Picasso, Van Gogh, Dalí y otros grandes de la pintura volverán a ser exhibidas a partir del 20 de noviembre en Nueva York, razón por la cual no fue posible prolongar aún más la exposición berlinesa.

El balance, en todo caso, deja satisfechos a los organizadores, si bien los costos de la exposición superaron los 8,5 millones de euros previstos originalmente, elevándose a cerca de 13 millones. La causa radicó en la avalancha de público, que obligó a contratar personal adicional y a hacer ciertas mejoras, por ejemplo en los equipos de aire acondicionado. Pero, como también la cantidad de visitantes superó con creces las expectativas, de seguro las cuentas cuadrarán.

Polémica europeo-estadounidense

Desde el punto de vista del arte, no cabe duda del valor de las piezas exhibidas en esta muestra del MOMA. No obstante, también hubo críticas. Algunos arguyeron que la exposición sólo tenía el propósito de restañar las heridas causadas por las discrepancias políticas del año pasado en las relaciones germano-estadounidenses. También causó polémica el hecho de que la pintura europea sólo estuviera profusamente representada con obras de la primera mitad del siglo XX, mientras que en las datadas a partir de 1950 predominan ampliamente las de artistas norteamericanos.

Werner Spies, un conocido experto en historia del arte, llegó incluso a hablar de una “declaración de infalibilidad estadounidense”, reprochando la omisión de figuras tan destacadas como Tinguely, Bacon o Beus. El organizador de la muestra berlinesa, Peter Raue, defendió la selección, indicando que ésta permite apreciar cómo ve Estados Unidos el arte del siglo XX. Y, polémicas al margen, la respuesta del público no deja lugar a dudas en cuanto al atractivo de esa visión.