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El infarto cardíaco también es cosa de mujeres

4 de noviembre de 2012

Las enfermedades de la circulación también afectan en gran medida a las mujeres. El problema es que ellas dramatizan menos al respecto.

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Imagen: Fotolia/beerkoff

En 2010, 33.000 hombres fueron víctimas fatales de las deficiencias circulatorias, mientras que 26.000 mujeres murieron por esta causa.

En cuanto a los paros cardíacos existe la creencia bastante extendida, incluso entre profesionales de la salud, de que se trata de un “asunto de hombres”. Para Annette Geibel, médica directora del Centro de Estudios del Corazón de la Universidad de Friburgo, esta creencia es también compartida por muchas mujeres. Pero ellas también son víctimas frecuentes de las fallas cardíacas.

El achicamiento de los vasos es la causa

Cuando se presenta un infarto, la disfuncionalidad se da al estrecharse los vasos que irrigan de sangre y nutrientes el corazón. En los lugares en los que se presenta el estrechamiento, pueden llegar a producirse cerramientos que impidan la circulación sanguínea y posteriormente causen la muerte.

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Los síntomas del infarto se sienten distinto en hombres y mujeres.Imagen: Fotolia/R. Kneschke

La víctima de un paro cardíaco debe ser atendida de inmediato, sin importar si se trata de un hombre o una mujer. Cuando se trata de víctimas masculinas, se reconoce por lo general con mayor prontitud que se trata de un infarto y por ello se las conduce más rápidamente a un centro de salud. Allí se cuenta con una primera medida de tratamiento como es el catéter. Con una sonda se expande la arteria coronaria y se implanta en ella un diminuto tubo de metal que busca mantener los vasos dilatados.

Diversas interpretaciones

Los dolores sintomáticos de los infartos al corazón son percibidos de manera distinta por hombres y mujeres. “Con frecuencia se da que los hombres refieren un dolor fatal, un dolor tal que dicen no haber sentido nunca antes”, señala la doctora Geibel. Por su parte, las mujeres relatan haber tenido un dolor pero no “que hubiera sido tan fuerte”, añade la experta.

Si en el caso de los hombres se considera que los síntomas frecuentes de los infartos son dolores de la parte anterior del esternón que se irradian al brazo izquierdo, la boca del estómago, o el omóplato; en las mujeres se dan síntomas atípicos como mareo, náusea, dolor de espalda y falta de aire. Es por ello que comúnmente las mujeres encuentran explicaciones distintas y atribuyen estas dolencias a molestias de la columna o a problemas de digestión. Aunque algunas veces se dan cuenta de que algo en su cuerpo no está funcionando adecuadamente, no saben qué es exactamente.

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Adminículo para aliviar síntomas del infarto.Imagen: picture alliance/dpa

Los infartos afectan a las mujeres en edad avanzada

Por lo general, las mujeres padecen infartos a edades más avanzadas que los hombres, pues en su caso, hasta la llegada de la menopausia se encuentran mejor protegidas por las hormonas. “Pueden por ejemplo tener una influencia considerable sobre el metabolismo lipídico”, afirma Geibel. “En cuanto a las hormonas, lo que se da es una ampliación de los vasos. Pero una vez llegada la menopausia, al no producir más estrógeno el cuerpo femenino, aumenta claramente el riesgo de padecer un ataque al corazón.

Muchas mujeres mayores viven solas

Las mujeres viven más tiempo que los hombres. La expectativa de vida para los hombres es de 77 años y cuatro meses, mientras que para las mujeres es de 82 años y seis meses. Muchas mujeres mayores viven solas y carecen con frecuencia de alguien que las inste a llamar al servicio médico de urgencias, o a visitar al médico. Si las mujeres y los profesionales de la salud tuvieran tan presente un posible diagnóstico de infarto en mujeres como en hombres, aquéllas podrían recibir un tratamiento más oportuno y sus posibilidades de sobrevivir aumentarían.

Si bien existen estas diferencias, hay bastantes similitudes en las medidas de prevención de padecimientos circulatorios para ambos sexos: niveles altos de colesterol pueden conducir a su acumulación masiva y a daños de las paredes de los vasos sanguíneos, acarreando su estrechamiento. Una alta presión de la sangre, la falta de actividades físicas, los problemas sicológicos, el estrés y el tabaquismo, tienen efectos negativos sobre los vasos.

Existen muchas medidas para reducir las posibilidades de padecer un ataque al corazón; ellas incluyen la práctica de algún deporte, la disminución del estrés y una alimentación adecuada.

Autora: Gudrun Heise/Andrés Villegas

Editor: Enrique López