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El caso Vinicius Jr. pone de manifiesto el racismo en España

Ololade Adewuyi
26 de mayo de 2023

La estrella brasileña ha vuelto a ser víctima de insultos racistas mientras jugaba en el Real Madrid. La Liga española parece incapaz de tomar medidas enérgicas.

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Vinicius Júnior.
El jugador brasileño Vinicius Júnior.Imagen: Harry Langer/DeFodi Images/picture alliance/dpa

Los jugadores del Real Madrid mostraron su solidaridad con Vinicius Jr. antes del partido del miércoles (24.05.2023) contra el Rayo Vallecano, cuando todos vistieron la camiseta con el número 20 del jugador, después de que fuera objeto de ataques racistas durante el partido del pasado fin de semana en el estadio valenciano de Mestalla.

"Tenemos un problema de racismo", declaró Luis Rubiales, Presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), mientras la indignación mundial se volvía hacia España.

Según Carles Viñas, catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad de Barcelona, los abusos racistas que han surgido de los grupos de aficionados reflejan las actitudes españolas y no son exclusivas del fútbol.

"El fútbol no se desarrolla en una burbuja ajena a su entorno, por lo que es un espejo que refleja las actitudes de la sociedad. Si, como en el caso de España, nos enfrentamos a un racismo estructural, es obvio que el racismo se proyectará en las gradas de los estadios. Por lo tanto, es ilusorio pretender erradicar el racismo del fútbol o del deporte cuando se percibe a diario en la sociedad", declaró Viñas a DW.

Viñas cree que los prejuicios en España, que se expresan a través del constante control policial de los extranjeros, los centros de internamiento de inmigrantes y la discriminación y el discurso de odio en los espacios públicos, han encontrado un lugar en las gradas de los estadios.

Según cifras publicadas por la Liga española, se han registrado 10 incidentes racistas, nueve de ellos contra brasileños en el último año.

La Liga "no sabe cómo afrontar el racismo"

Las agresiones a Vinicius comenzaron incluso antes del partido, ya que aparecieron imágenes racistas contra el jugador fuera del estadio. Durante el partido, los ataques alcanzaron un punto álgido cuando Vinicius se dirigió a la grada y señaló a algunos de los seguidores que le habían hecho sonidos de mono.

"El racismo es normal en la Liga", escribió Vinicius en las redes sociales tras el partido. "La competencia lo considera normal, la Federación también y los rivales lo fomentan". Esto provocó una disputa en las redes sociales entre Vinicius y Javier Tebas, presidente de La Liga, ya que Tebas culpó al brasileño.

La Liga se vio sometida a la presión internacional, dado que futbolistas activos y retirados criticaron la respuesta del organismo. Finalmente, Tebas se retractó de sus comentarios y pidió disculpas al jugador.

El Presidente de Brasil, Lula da Silva, también intervino en la polémica, aumentando la presión sobre España, país que está planeando una candidatura para la Copa Mundial de la FIFA 2030 junto con Portugal y Marruecos. En respuesta a la presión internacional, la Policía española detuvo rápidamente a tres hinchas del Valencia y a cuatro personas por un incidente ocurrido en enero, cuando colgaron del cuello una efigie de Vinicius antes del derbi madrileño.

Manzanas podridas

Las autoridades deportivas españolas han intentado distanciarse de lo que consideran el comportamiento de una pequeña minoría de aficionados. El Ministerio de Deportes español (CSD) dijo que los ataques racistas "de algunos locos nos avergüenzan como sociedad", pero no ofreció ninguna medida concreta.

FASFE, un grupo español de aficionados y partes interesadas en el fútbol, pidió algo más que eslóganes y palabras de moda para hacer frente a esta lacra. Pidió la potenciación de los clubes de aficionados de base que luchan contra el racismo y la aplicación del modelo alemán Fan Project, que ha contribuido a reducir la violencia entre ultras en la Bundesliga.

La atención mundial está obligando al fútbol español a enfrentarse a sus problemas con el racismo. Podría ser un punto de inflexión para un cambio real, o podría quedar oculto bajo la alfombra burocrática hasta que vuelva a asomar su feo rostro.

(mn/cp)