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Cuando la vivienda es un lujo

Jennifer Fraczek2 de noviembre de 2012

Conseguir una vivienda por poco dinero es muy difícil, sobre todo en las grandes ciudades: los proyectos residenciales de carácter social brillan por su ausencia y la demanda hace que los alquileres se disparen.

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Imagen: Fotolia/kameraauge

Según el Instituto Eduard Pestel para el Estudio de los Sistemas y las Predicciones, con sede en Hanover, en este momento hacen falta cuatro millones de viviendas sociales en Alemania para poder satisfacer la demanda. Y Matthias Günther, directivo de esa entidad, cree que esa escasez se acentuará aún más en los años por venir. A su juicio, la crisis de la vivienda ya no aflige solamente a las grandes urbes, sino también a ciudades relativamente pequeñas, como Tubinga, en Baden-Wurtemberg, y Gotinga, en Baja Sajonia, por ejemplo.

“Ambas son ciudadelas hasta cierto punto rurales, pero con grandes universidades; de ahí que sus habitantes tengan serias dificultades para conseguir una vivienda”, comenta el economista, enfatizando que muchos jóvenes se mudan a los centros urbanos para estudiar. “Lo que hace falta es restablecer el equilibrio; por ejemplo, incentivando a las familias a mudarse al campo o a la periferia de las ciudades”, explica Günther. A los estudiantes alemanes se suman los estudiantes y profesionales extranjeros.

Cuando la demanda es grande, los precios suben; ese es el principio de la economía de mercado. Para Lukas Siebenkotten, director de la Federación Alemana de Inquilinos, la progresiva desaparición de las viviendas subsidiadas se debe a que no se han construido viviendas sociales nuevas. Y muchas de las que existían han sido liberadas del contrato establecido para alquilarlas a precios que estaban por debajo de los del mercado. Günther sostiene que son los Estados federados y las comunas quienes deben solucionar este problema.

Deutschland Architektur Walter Gropius Gropiusstadt in Berlin
Cuando la Gropiusstadt fue inaugurada en Berlín, el 90 por ciento de las viviendas estaba subvensionado.Imagen: picture-alliance/ZB

Los peligros de la exclusión social

“Los programas estatales para fomentar la construcción de viviendas subsidiadas son tan poco atractivos, que nadie ha querido invertir en este sector”, asegura Günther. Hilmar von Lojewski, director del departamento de desarrollo urbano del Deutscher Städtetag –la agrupación de las capitales de los Länder alemanes y otras ciudades–, no duda que haya menos viviendas disponibles que en el pasado, pero sí de que la situación sea tan grave como la pintan. “Yo hablaría de escasez de viviendas, pero no de una crisis”, matiza el experto.

Von Lojewski cita cifras del Instituto Federal para la Construcción, las Ciudades y el Estudio de los Espacios según las cuales hacen falta unas 100.000 viviendas por año para satisfacer la demanda y no cuatro millones, como alega el Instituto Eduard Pestel. El directivo del Deutscher Städtetag está consciente de que las autoridades regionales y municipales deben intervenir, pero advierte que estas instancias tienen pocos recursos económicos para invertir en la construcción de viviendas sociales.

Cuando la oferta de viviendas subsidiadas disminuye, aumenta el número de personas que duerme a la intemperie en las ciudades. Recientemente, una organización que ofrece atención a los sin techo determinó que en Alemania había 250.000 personas sin hogar. Christoph Butterwegge, especialista en la investigación de la pobreza, teme que esta fenómeno conduzca al surgimiento de cinturones de miseria alrededor de las urbes. Butterwegge hizo hincapié en que las revueltas sociales que se vieron en Francia (2005) y Gran Bretaña (2011) podrían darse en Alemania debido a esta forma de exclusión.

Autor: Jennifer Fraczek / Evan Romero-Castillo
Editora: Emilia Rojas