Arte fotográfico desde el basurero

El proyecto fue ideado por una conocida agencia de Hamburgo con el fin de publicitar la labor de los recolectores de residuos, que en Alemania se caracterizan por sus trajes color naranja fosforescente. A pesar de que día a día se esfuerzan por liberarnos de la basura que nos rodea echando mano de los desechos molestos y malolientes de nuestra sociedad de consumo, su labor no cuenta con el suficiente reconocimiento y no posee la mejor imagen. Con esta iniciativa, el Trashcam Project, eso ha empezado a cambiar. Esta vez, ellos son las estrellas, ya que con sus “basurografías” han logrado un producto artístico valioso a partir de su herramienta de trabajo, ganándose así el respeto y la admiración de la gente, no solo en Alemania, sino también en el exterior.

Arte nacido de la basura

En el proyecto participaron diez recolectores de residuos que buscaron motivos para eternizar su lugar en el mundo. Con un tonel de basura, dos empleados de la agencia publicitaria construyeron un dispositivo fotográfico con la técnica más elemental: una cámara oscura cerrada, con una abertura en uno de los extremos para que entre la luz, que proyecta una imagen en el otro extremo, y lo captura en el papel fotográfico. Fue un desafío convertir un cubo de basura de 1.100 litros de capacidad en una cámara fotográfica, revistiéndolo con papel para fotografía y cerrándolo herméticamente para que solo penetre luz por el orificio ubicado en su parte anterior. Una simple claqueta hizo las veces de disparador.

Nunca hubiera pensado que iba a funcionar, dice el recolector Hans-Peter Strahl. No hubo propuestas específicas para los motivos de las fotografías, solo era importante que fueran sus lugares favoritos en Hamburgo. La iglesia del barrio Altenwerder, que Strahl descubrió en uno de sus viajes en motocicleta, fue uno de ellos. Una iglesia en medio de un área industrial, sin una comunidad alrededor, tomada desde la lejanía de una autopista, es algo que le llamó poderosamente la atención. Más tarde se enteró de que ese templo pertenecía al barrio de Altenwerder, que desapareció como consecuencia de la ampliación del puerto.

Hans-Peter Strahl es originario de la isla de Rügen, un balneario alemán muy conocido que, lamentablemente, no ofrece suficientes puestos de trabajo para sus habitantes, dice, lo que hace que muchos lo abandonen buscando mejores perspectivas. Hace cinco años que Strahl, mecánico de profesión, se desempeña en la compañía de limpieza urbana de Hamburgo y asegura que se siente muy bien allí. ¿Algún problema de imagen? “No, la verdad que no”, sonríe. “Nos movemos mucho y al aire libre”, explica, y agrega que no podría trabajar sentado muchas horas en una oficina.

El nacimiento del arte de la basurografía

Para tomar la foto de la iglesia de Altenwerder, Hans-Peter Strahl necesitó 45 minutos. “Demasiado tiempo”, bromea. Otros de sus colegas necesitaron hasta una hora. Una dura prueba para la paciencia de muchos, ya que para saber si las fotografías habían salido bien era necesario esperar otro par de horas. Y los recolectores de residuos no participaron del proceso de revelado en el laboratorio. “Pero al final todo salió bien”, dice Strahl no sin cierto orgullo, y con razón, ya que el producto son fotos en blanco y negro de gran calidad y con cierto halo de misterio, que recuerdan, de algún modo, a los paisajes fotográficos de los años 20.

El proyecto artístico no ha cambiado demasiado la vida cotidiana de los hombres de la basura. Comienzan a trabajar todos los días por la madrugada, como siempre. A Hans-Peter Strahl le toca el barrio de St. Pauli. Se reparten la tarea entre cinco en un camión, y siempre con los mismos integrantes del equipo. Dos de sus compañeros están en el equipo hace más de 20 años, y la mayoría de ellos tienen un título técnico. Entre ellos hay albañiles, cocineros, pintores y carpinteros.

A todos les fascinaron las basurografías. Solo lamentan que ya haya concluido el proyecto. Pero el éxito de la campaña se hizo sentir, ya que la agencia de publicidad ganó con ella el León de Plata en el Festival Internacional de Publicidad de Cannes. Ahora, la compañía de aseo urbano de Hamburgo se enorgullece de contar con un testimonio artístico de la labor de sus recolectores de residuos, que pueden verse también en internet.

Autora: Heide Soltau/ Cristina Papaleo
Editor: Enrique López