Alemania se ahoga

Los alemanes se están ahogando, y no en un vaso de agua, sino en micropartículas de polvo en suspensión. Eso es lo que podría pensarse al ver el enorme revuelo que ha causado en la opinión pública la noticia de que en Múnich se transgredió el límite estipulado en una ordenanza de la Unión Europea, según la cual su concentración no debe exceder los 50 microgramos por metro cúbico más de 35 días en el año. La capital bávara sólo fue la primera. La siguió Stuttgart y se calcula que pronto se añadirán a la lista otras, como Düsseldorf y Dortmund.

Los pecados de la industria automotriz

Los malos de esta nebulosa película son los vehículos con motores Diesel, principales responsables de este tipo de contaminación que, según datos de la UE, provoca la muerte prematura de unas 65 mil personas al año sólo en Alemania. De los 45,5 millones de automóviles que circulan en este país, 9,1 usan Diesel, lo que equivale a un 20%. Además se suman los camiones y buses, equipados en su mayoría con este tipo de motores. Y la demanda presentaba una tendencia ascendente, en vista de la meteórica subida de la gasolina. Pero eso podría cambiar debido a la actual polémica.

En el blanco de las críticas se encuentra la industria automotriz alemana, que no se ha puesto a tono con las necesidades ambientales y no ha dotado a sus modelos Diesel con filtros que resolverían en gran medida el problema. Según la organización ecologista Deutsche Umwelthilfe, esta actitud negligente obedeció a la clara intención de mantener artificialmente bajo el precio de los motores Diesel. El vicepresidente de la bancada parlamentaria de Los Verdes, Reinhard Loske, señaló que principalmente Volkswagen hizo todo lo posible por evitar la imposición de límites más restrictivos a la emisión de partículas contaminantes, que sólo se pueden respetar mediante el uso de filtros. A su juicio, "esta resistencia a la innovación recuerda fatalmente a la introducción de los catalizadores, que también fue combatida hasta el final."

Efecto boomerang

Dicha estrategia se vuelve ahora como un boomerang contra la industria automotriz germana, que ve ganar terreno a sus competidores franceses, cuyos modelos diesel ya vienen equipados en serie con los correspondientes filtros. La actual discusión sobre medidas para frenar la contaminación, como la de impedir la entrada de automóviles Diesel sin filtro a determinadas áreas céntricas o aumentar los impuestos a este tipo de vehículos, al igual que el debate sobre subsidios estatales para la adquisición de los filtros en cuestión, de seguro incidirán en la conducta de los compradores. Algunos expertos estiman que se verá postergada la venta de hasta unos 30 mil automóviles, hasta que el panorama se aclare.

Mientras tanto, los fabricantes alemanes, que habían prometido filtros en serie en todos sus modelos Diesel hasta el 2008/2009, han optado por apretar el acelerador. De acuerdo con la revista Automobilwoche, Mercedes-Benz venderá sólo autos con filtro a partir del próximo verano del hemisferio norte. BMW los ofrecerá cobrando un importe adicional, mientras que Audi hará lo mismo en otoño. Opel, por su parte, incorpora filtros en serie en los modelos Vectra y Zafira, mientras para contar con uno en el Astra hay que pagar 750 euros más. A la zaga en la materia va Volkswagen, que sólo se propone introducir gradualmente los citados filtros, en la mayoría de los casos con costo adicional para el cliente.