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Alemania reclama más influencia en el Consejo de Seguridad

Meike Naber22 de noviembre de 2004

¿Qué perspectivas internacionales abriría una reforma del Consejo de Seguridad de la ONU? DW-World consultó a un experto en política internacional sobre las expectativas alemanas al respecto.

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Joschka Fischer, ministro alemán de Relaciones Exteriores, habla ante la Asamblea General de la ONU.Imagen: AP


“El Consejo de Seguridad de la ONU será tanto más eficiente, cuanto más realista sea su composición en lo tocante a reflejar la situación mundial. Por eso, Alemania debería ocupar un lugar permanente en el organismo que reúne a las principales potencias encargadas de velar por la seguridad internacional”.

Son palabras claras con las que el Dr. Dietmar Herz, profesor de sistemas comparados de gobierno y vicepresidente de la Universidad de Erfurt, aboga en entrevista con DW-WORLD por la reforma del Consejo de Seguridad de la ONU.

Un mundo diferente

El secretario general de la ONU, Kofi Annan, desea incluir esa tarea en la agenda política antes de fin de año. No obstante, aún no está claro qué forma adquirirá el organismo más poderoso del mundo, ni cómo se podrá incrementar, a fin de cuentas, la capacidad de acción de la comunidad internacional.

Lo único que nadie discute es que la ONU necesita una reforma. Y, sobre todo, el Consejo de Seguridad, al que los arquitectos del orden internacional posterior a la II Guerra Mundial asignaron la principal responsabilidad por el resguardo de la paz mundial.

East Side Gallery in Berlin, Berliner Mauer, Bruderkuss
Imagen: dpa

Dietmar Herz considera que la justificación histórica de la actual configuración del Consejo -reflejada en los privilegios de los países con derecho a veto- ha quedado obsoleta; fue la resultante del desenlace de la guerra, pero no contempla las reflexiones políticas actuales.

El mundo ha cambiado desde que muchas antiguas colonias obtuvieron la independencia y, a más tardar, desde que se desmoronó la Unión Soviética y surgieron diversos nuevos estados. Ante este telón de fondo, el catedrático alemán se pregunta si la Carta de la ONU y las estructuras vigentes son todavía apropiadas para que la organización pueda cumplir su tarea original.

Los méritos alemanes

Ante la necesidad de reformar el Consejo, Dr. Herz estima que la aspiración de Alemania a convertirse en miembro permanente es una consecuencia lógica de la situación actual.

Mientras los antiguos gobiernos alemanes solían mostrarse más bien escépticos y reservados en cuanto al papel alemán en la política internacional, el actual ejecutivo demanda, con inusitada vehemencia, una presencia permanente en el principal círculo de toma de decisiones.

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Imagen: AP

Las razones son varias: por una parte, la reunificación de Alemania confiere al país mayor gravitación y margen de acción internacional. Al mismo tiempo, los alemanes han asumido mayores responsabilidades a nivel internacional participando, por ejemplo, en las misiones de la ONU en Camboya (1992), Somalía (1992/93), Bosnia (1995), y también en las tropas de paz en Kosovo (1999) y Afganistán (2001).

Igualmente el hecho de que Alemania ocupe el tercer lugar en cuanto a los aportes financieros a la ONU y el segundo en lo tocante a las tropas asignadas a las misiones de paz, constituye un argumento de peso para obtener mayor influencia, según destaca el profesor Herz.

La integración europea

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Imagen: AP


Consultado acerca de las posibilidades de que la Unión Europea tenga un representante conjunto en el Consejo de Seguridad, el experto se muestra escéptico, por falta de una línea mancomunada en materia de política exterior. A juicio de Herz, Italia promueve esa opción a sabiendas de que no tiene visos de realismo.

Pero el motivo de la resistencia italiana a las aspiraciones alemanas resulta comprensible, en vista de que se minaría la base histórica sobre la que se asientan los privilegios de los actuales miembros permanentes del Consejo y surgiría en Europa el peligro de un sistema de dos clases, con algunos países “de primera” y otros de “segunda”, entre los que se contarían España, Polonia y la propia Italia.

No obstante, Dr. Herz no ve en la actitud de Alemania una contradicción con los esfuerzos de integración europeos. En su opinión, si hubiera tres países del continente permanentemente representados en el organismo decisorio de la ONU, ello podría ser un acicate para dar cuerpo a una política europea en materia de relaciones exteriores y seguridad.