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Encuentro con el hinduismo en plena naturaleza

2 de abril de 2013

El hinduismo combina diferentes escritos, deidades y rituales. Por ello, entender la religión como un todo es difícil. Nuestro autor se acerca a ella mediante un encuentro muy personal en la India.

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Deidad del Hinduismo: Adi Shankaracharya.Imagen: Shriram Borse

En un templo en el bosque me encontré con un hombre que se hace llamar Ramprakash. El templo se llama Somnath Mahadev. Está situado en las colinas del Monte Abu, una sierra montañosa en Rajastán que es muy adorada por los hindúes. Ramprakash destaca inmediatamente: es un elegante caballero delgado, de edad avanzada, vestido con ropas claras. Desde los años setenta viene aquí para meditar, nos dice, ya que en Somnath Mahadev vive su gurú, su maestro espiritual. Antes, Ramprakash era un funcionario del gobierno. Desde que se jubiló pasa varios meses en estas montañas durante el verano. Se siente muy comprometido con el templo, y lo apoya financieramente.

En un rincón apartado del florido jardín del templo, con un inglés culto, Ramprakash explica los orígenes de su fe en un inglés fluido. Dice que tiene mucho que ver con la naturaleza y con su protección.

La adoración de la naturaleza es parte del hinduismo

Los seguidores del hinduismo consideran que surgió porque viejas almas que vivían en la selva meditaron sobre la naturaleza del universo. En aquella época, todas las personas eran buenas y nunca hacían daño a nadie, y los animales estaban agradecidos. Incluso los tigres y las serpientes eran mansos como mascotas. Aún hoy en día, hindúes muy creyentes hacen un retiro en la selva para vivir como ermitaños. Muchos de ellos viven en la selva del monte Abu, una reserva natural.

La adoración de la naturaleza es parte del hinduismo. Los árboles y las plantas son sagrados, y protegerlos es el deber de todos los hindúes. Plantar árboles es considerado como una forma de hacer un servicio a Dios. Por el contrario, talar árboles es un sacrilegio, una violación de los mandamientos de Dios. Las flores nunca se recogen por la noche, cuando las plantas necesitan su "sueño" y su tranquilidad.

Conciliar la protección de la naturaleza con los tiempos modernos

Mientras hablamos, llegan coches y pequeños autobuses. De ellos bajan familias y niñas, que se comportan como si provinieran de una grasn ciudad, pero también bajan hombres con turbantes de aspecto sencillo. ¿Qué ocurre con la contaminación medioambiental?, pregunto cautelosamente. Después de todo, la India tiene enormes problemas con la eliminación de la basura. Los residuos está dispersados por todas partes en los bordes de las calles. Los niños juegan con bolsas de plástico y con envases viejos desechados descuidadamente. Muchos bosques ya han sido talados.

Esto se debe a la codicia de la gente hoy en día, dice Ramprakash. Ellos piensan únicamente en el dinero, añade. Un auténtico hindú devoto trataría de preservar la naturaleza tanto como sea posible y utilizar la menor cantidad de madera posible para hacer muebles, asegura. "Mira este templo, ¿ves aquí bancos como en las iglesias occidentales? No, nos sentamos en el suelo. No necesitamos muebles".

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Deidades del hinduismo: Shiv Lingam (derecha) y Kuh Nandi.Imagen: Shriram Borse
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Ramprakash.Imagen: Shriram Borse

Además, continúa, el personal que vive y trabaja en las instalaciones del templo apenas tiene muebles, y los muebles que se necesitan son en la medida de lo posible de otro material que no sea madera. En general, dice, cuando reducimos nuestras necesidades, vivimos más felices, porque, en última instancia, la felicidad no depende de las cosas materiales. Después de todo, la compra, la obtención, la eliminación de objetos es una carga más que una alegría, concluye.

Más tarde, Ramprakash me conduce a un pequeño lago con una estatua de Ganesh en el centro. Una gran cantidad de basura flota en el lago, pero él no parece ni notarlo; tal vez está acostumbrado a que en la India no hay prácticamente reserva de agua alguna sin basura. "Mira, hay peces dorados por todas partes". Y ciertamente, los peces dan saltos en el agua turbia.

A partir de ahí, yo también decidí concentrarme mejor en el cantar de los pájaros y en el paisaje de la montaña en el horizonte, en vez de observar los residuos. Y mientras que por detrás de mí llega otro autobús, lleno de hindúes con coloridas vestimentas, observo detenidamente la estatua de Ganesh que está al centro del lago. Su mirada amable me llama la atención. Está dirigida a su interior, pero también hacia un punto en la distancia: el bosque.

Autora: Birgit Maaß / CS
Editora: Lydia Aranda Barandiain