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"No hay mejor socio que EE.UU."

Kay-Alexander Scholz (ER/RML)24 de abril de 2015

El gobierno alemán se muestra parco en lo tocante al nuevo escándalo en torno al servicio de inteligencia germano (BND) y su cooperación con la NSA. Pero las críticas suben de tono en la esfera política.

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Imagen: picture-alliance/dpa

El portavoz del gobierno alemán, Steffen Seibert, no entregó muchas novedades. Afirmó que el asunto del Servicio Federal de Información (BND) debe ser tratado en el organismo de control parlamentario y en la comisión creada ad hoc para investigar el caso de la Agencia Nacional de Seguridad estadounidense (NSA). No obstante, pronunció una frase que describe bien el marco político: en materia de seguridad y lucha contra el terrorismo, no hay “mejor socio que Estados Unidos”.

¿Aunque vigile, como en el caso actual, a empresas y políticos europeos, en acciones conjuntas del BND y la NSA? El jefe de la bancada de La Izquierda alemana, Gregor Gysi, demandó el término de esa cooperación. A su juicio, su objetivo no es combatir el terrorismo, sino que las metas son “de naturaleza política y económica”. El delegado de Los Verdes en la comisión que investiga las actividades de la NSA, Konstantin von Notz, ve incluso peligrar el estado de derecho.

¿Dinámica propia?

Según Martina Renner, delegada de La Izquierda en la citada comisión, el BND mintió al Parlamento y al Gobierno “en cuanto a la dimensión y los objetivos de la colaboración con la NSA”. También en el Partido Socialdemócrata hay molestia. Su secretaria general, Yasmin Fahimi, dijo que al parecer el BND ha desarrollado una dinámica propia que “no podemos aceptar”. Agregó que al gobierno parece habérsele “escapado de las manos” la supervisión del organismo.

A la pregunta de si el gobierno sabe lo que hace el BND, el portavoz respondió que “hay déficits técnicos y organizacionales” que hay que superar “sin demora”. No quiso pronunciarse en cambio sobre el futuro del jefe del organismo, Gerhard Schindler.

Gerhard Schindler.
Gerhard Schindler, jefe del BND.Imagen: picture-alliance/dpa

A la luz ha salido que ya en 2008 al BND le habían llamado la atención algunos problemáticos encargos estadounidenses. Según se dijo, el gobierno solo fue informado al respecto en marzo pasado. Al servicio de inteligencia germano le está prohibido entregar a sus aliados informaciones sobre ciudadanos alemanes que haya recabado “colateralmente” en sus investigaciones. Harald Fechner, un funcionario de inteligencia entretanto jubilado, declaró en marzo que también el BND había cometido “errores”, pero éstos fueron poco frecuentes y no tuvieron intencionalidad política.

Difícil esclarecimiento

El escándalo estalló detonado por las revelaciones de Edward Snowden. Una portavoz de la fiscalía dijo que se analiza el tema, pero desmintió que se esté llevando a cabo una investigación. De todos modos, el jefe de la comisión parlamentaria que investiga el caso de la NSA dijo que se otorgará a la fiscalía acceso a los documentos. Además, se citará a declarar a testigos informados de la colaboración entre ambos servicios de inteligencia.

Pero la experiencia indica que la cooperación del BND con la comisión investigadora no es fácil. Algunos documentos se han entregado con censura (con pasajes ilegibles), otros fueron catalogados como secretos o simplemente no se hicieron llegar. El esclarecimiento de las nuevas revelaciones tampoco resultará sencillo.