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El sueño de bailar

Suzanne Cords/dpa (FEW/EL)20 de octubre de 2014

En Túnez hay poco dinero para la educación artística: pocas escuelas y pocos profesores. Ahora, después de la Primavera Árabe, puede que esto cambie gracias a iniciativas binacionales como "Aprender a Bailar”.

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La bailarina tunecina Cyrine Mariem Haj Sassi.
La bailarina tunecina Cyrine Mariem Haj Sassi.Imagen: picture-alliance/dpa/Arno Burgi

Desde que Yosra Zaouali pisó por primera vez la Escuela Superior de Danza Palucca en Dresde, se sintió ella como en casa. A pesar de que Alemania no es igual que su tierra natal, las aulas de baile siguen siendo aulas de baile.

La joven tunecina es una de dos estudiantes invitadas que vinieron a la Escuela Superior de Danza Palucca. Yosra, de la ciudad costera de Mahdia, quiere ser bailarina profesional. Esta profesión no existe en Túnez: el que quiera bailar profesionalmente debe de aprenderlo en el exterior.

Yosra ha podido venir a Alemania gracias al programa “Aprender a Bailar”, una iniciativa conjunta del Instituto Goethe en Túnez y la Escuela de Danza Palucca. Desde la Primavera Arabe se vive en Túnez un gran entusiasmo por la renovación. A partir de entonces ha sido posible el surgimiento de iniciativas como esta. Los proyectos artísticos están en auge, así como el interés por la danza. No obstante, “hay pocos profesores y centros de enseñanza”, dice la coreógrafa Seba Sebaï, quien como bailarina viajó con renombradas compañías de danza por todo el mundo.

Más talento que técnica

Las estudiantes tunecinas tienen un gran talento y pasión por la danza, pero carecen del conocimiento básico, sobre todo de técnica, dice Fernando Coelho, profesor de la Escuela de Danza Palucca. Y técnica es lo que precisamente la bailarina de 21 años Cyrine Mariem Hay Sassi quiere aprender: en Túnez, su país natal, enseña a jóvenes como Yosra Zaouali, aun cuando ella carezca del entrenamiento adecuado para enseñar. “En Dresde todos hablan de danza, aun después de que la clase haya acabado”, dice la bailarina, tras su visita a Alemania.

Escuela Superior de Danza de Dresde.
Escuela Superior de Danza de Dresde.Imagen: Andreas Siegel

El futuro del programa

No sólo tunecinos han viajado a Alemania. Fernando Coelho y su colega Christian Canciani han viajado a Túnez para ver de primera mano la situación de la educación de danza en aquel país. Estos, junto a la coreógrafa Malek Sebaï, han discutido al respecto con el Ministerio de Cultura del país norteafricano. El programa “Aprender a Bailar” está financieramente asegurado hasta el 2016, sin embargo, después de la fecha, debe este procurarse sus propios medios.

“Los tunecinos tienen una larga tradición de danzas folclóricas tradicionales, a partir de ahí se puede construir y desarrollar mucho – dice Coelho con optimismo—. No hay que imponer el sistema europeo en Túnez. Ellos deben desarrollar su propio estilo”, agrega.

La meta es crear un sistema de formación de danza con los estándares internacionales. Para este propósito es necesario de dinero, pero ante todo, invertir mucho tiempo: de diez a veinte años, calcula Malek Sebaï, la cual espera que el dinero provenga también del sector privado. En Túnez se acaba de aprobar una ley, que a través de la reducción de impuestos, intenta incentivar el mecenazgo. La revolución ha permitido la creación de una sociedad civil. Tal vez, algún día, sea posible en Túnez establecer educación gratuita profesional en las artes.

De izquierda a derecha: Yosra, Sheima, Malek Sebaϊ, Canciani,Coelho y S. de Cussac
De izquierda a derecha: Yosra, Sheima, Malek Sebaϊ, Canciani,Coelho y S. de CussacImagen: Andreas Siegel