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El sexo y la curiosa "justicia"

Emiliano Galarza12 de noviembre de 2005

A veces el sexo no es cosa fácil. Ni qué decir si se intenta en un país donde a partir de las diez de la noche no se puede escuchar música a alto volumen porque así se faltaría a una ordenanza urbana.

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El amor en los tiempos de la justicia.Imagen: BilderBox

Casos extraños debe afrontar la justicia, pero ella no los busca, sino que ellos vienen solos. Cantidades de casos se suscitan en distintas partes de la república.

El sexo y la justicia alemana se encuentran en las salas de los magistrados, donde solamente una de las partes saldrá con un resultado "satisfactorio".

¿Turista engañado?

El caso de un turista alemán que habiendo reservado una habitación doble en un hotel de Menorca, España, vio sus futuras intenciones deterioradas al encontrar dos camas simples en vez de una doble.

Argumentó entonces que su descanso fue interrumpido, ya que su "pacífico y armonioso sueño y vivencia sexual" no pudieron ser realizados. Por dichos daños exige entonces una compensación del 20% de los costos del viaje.

Los jueces rechazaron el caso. El demandante no pudo presentar ninguna prueba convincente de qué costumbres sexuales extraordinarias tiene, que no puedan realizarse en una cama simple, como los magistrados de un juzgado de Mönchengladbach dijeron que era de su conocimiento.

El que quiera celeste, que le cueste

No todo es color de rosa, tampoco cuando la relación funciona en la cama. Sobre todo, siempre habría que tener consideración por los vecinos, que quizás no pueden dormir habiendo tenido una jornada laboral larga y agotadora.

A veces el sobrepasarse en la lujuria del "amar demasiado a la pareja" puede generar "caros" problemas, en especial si las experiencias vividas en aquel momento se transforman en expresiones ruidosas que salen de la garganta convirtiéndose en gritos de placer. En pocas palabras, el gritar durante la relación sexual puede costar caro.

Una pareja que habita en el primer piso llevó el caso a la justicia. Los vecinos del piso de abajo "gritaban en exceso y emitían ruidos extraños" durante la relación sexual, no dejando dormir al tranquilo matrimonio.

La sentencia dictada en un juzgado de Warendorf fue un golpe para la pareja a la que tanto le gusta disfrutar de sus relaciones sexuales. "Ruidos provocados por exagerados gritos durante la relación sexual" deben ser omitidos.

Si el caso se repitiera se multaría a la pareja con una suma de 250.000 euros y adicionalmente hasta dos años de prisión, ya que personas adultas deben ser capaces de controlar sus emociones durante la relación sexual, por lo menos de tal forma que no emitan ruidos molestos.