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Sector privado:¿clave contra el cambio climático?

5 de noviembre de 2013

En entrevista con Global Ideas, el magnate británico Sir Richard Branson afirma que las economías insulares suponen una gran oportunidad para una transición de combustibles fósiles a energías renovables.

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Imagen: picture-alliance/Tom Koene

El empresario británico Sir Richard Branson es famoso por ser el fundador de la compañía discográfica Virgin Records en 1972. Más tarde, su compañía se ramificó en varias áreas, incluyendo aerolíneas, líneas ferroviarias y servicios financieros. En 1979, Branson compró la isla caribeña de Necker. El multimillonario empresario planea ahora usar la pequeña isla para probar la efectividad de sistemas de energías renovables para islas pequeñas. El proyecto es la parte central del “10 island challenge” (“Reto de las 10 islas”), que comenzó en la cumbre Rio+20 el pasado año.

Asimismo, Richard Branson es el fundador de la “Carbon War Room” (“Sala de guerra contra el CO2”), una organización sin ánimo de lucro que fomenta las soluciones basadas en el mercado para desarrollar una economía de bajo carbono.

Global Ideas: En noviembre se reúnen los gobernantes del mundo en Varsovia en las charlas medioambientales COP 19 para enfrentarse al problema del cambio climático. ¿Qué cree que se podría y se debería conseguir en una conferencia de las Naciones Unidas como esta?

Sir Richard Branson: Necesitamos una visión de un mundo mejor, más seguro y más limpio, con un objetivo común para que los incrementos en la temperatura global queden por debajo de los 2 grados centígrados. Necesitamos recordar que enfrentarnos al problema del cambio climático nos permitirá también dar poder y protección a poblaciones vulnerables en todo el mundo y reforzar los derechos humanos. Necesitamos un enfoque orientado a soluciones. Esto nos permitirá tener un debate más centrado y relevante y atraer a la gente más preparada y brillante. Creemos un terreno de juego justo a nivel nacional e internacional. Si lo hacemos así, lograremos acuerdos, y se invertirá dinero en tecnologías ecológicas.

Necesitamos financiar un desarrollo de bajo carbono. Veinte por ciento del PIB de la Unión Europea y veinte por ciento del PIB de China proviene de contratación pública. Si usáramos las leyes de contratación como incentivo para un desarrollo de bajo carbono se conseguirían inmensos niveles de financiación, y se crearían nuevas oportunidades de mercado para empresas. Invitemos al sector privado a participar. El sector privado puede facilitar muchas de las soluciones tecnológicas necesarias a precios baratos. El Presidente de la COP en 2014 debe encontrar nuevas formas de comprometer al sector privado más allá de la fórmula de mercado actual.

Playas prístinas y resplandecientes aguas azules: la isla caribeña “Necker” que usted posee es como un sueño hecho realidad. Sus planes son transformarla en un destino turístico únicamente con fuentes energéticas renovables. ¿Por qué? ¿Cómo planea hacer esto exactamente?

El mundo está lleno de economías insulares, áreas que funcionan con sus propias redes energéticas, ya sean islas caribeñas o comunidades aisladas en tierra. Estas “islas” ofrecen una oportunidad excelente para mostrar que es posible transformar una economía basada en combustibles fósiles en una economía más ecológica y sostenible. A través de la operación Economías Insulares Ecológicas, la “Carbon War Room” está trabajando en ello. Yo ofrecí Necker como isla piloto para este proyecto, para que sirva como caso de estudio para otras islas. Hemos trabajado con socios para realizar una licitación, y pronto instalaremos el primer sistema solar en la isla.

¿Y qué ocurrirá con el transporte? Seguramente, llegar a la isla en avión o en barco supondrá una gran cantidad de emisiones de CO2. ¿Cómo planea solucionar esto?

Me gusta pensar a lo grande, de modo que en lugar de limitarme a uno o dos aviones y barcos que transporten pasajeros, yo pienso en industrias enteras, a través del trabajo de la “Carbon War Room”. Esta organización trabaja tanto en sectores de la aviación como de navegación para reducir sustancialmente las emisiones de CO2 por todo el mundo. En el sector de la navegación, estamos fomentando la adopción de naves de consumo más eficiente gracias a un sistema de calificación externo denominado EVDI. Asimismo, estamos trabajando para facilitar a la industria mecanismos de adaptación de tecnologías eficientes a barcos. En la aviación, fomentamos la adopción y uso de combustibles ecológicos, y creamos flujos de financiación para apoyar estas medidas.

¿Cuál fue su motivación para organizar la “Carbon War Room”?

La misión de la “Carbon War Room” es acelerar la adopción de soluciones empresariales para reducir emisiones de CO2 a gran escala y avanzar en una economía de bajo carbono. Hace cuatro años, me senté con un grupo de representantes de la industria y de Virgin para hablar sobre el cambio climático. Este grupo admitió que el cambio climático es la mayor oportunidad de generación de riqueza de nuestras vidas. Y reconocimos que el mundo podría lograr reducciones significativas de emisiones de CO2 con tecnologías ya existentes, y sin cambios en políticas gubernamentales. Con todo esto, fundé la Carbon War Room para identificar y tratar de superar las barreras de mercado que evitan la adopción de estas soluciones.

A pesar de todo esto, sus propias compañías del grupo Virgin operan en industrias con intenso consumo de CO2, como la aviación, carreras de motor y exploración espacial comercial. Se podría decir que usted es el empresario con la huella de CO2 más grande del mundo. ¿Cómo reconcilia esto con su compromiso ecológico?

Además de invertir todos los beneficios de nuestras empresas de transporte en investigación de energías renovables, he organizado el “Virgin Earth Challenge” (“Reto de la Tierra de Virgin”): un premio en metálico de 25 millones de dólares para las mejores propuestas para reducir las emisiones de CO2. El “Virgin Earth Challenge” es un premio por ideas sostenibles y escalables para eliminar el CO2 del aire, un concepto comúnmente conocido hoy como “eliminación de CO2” o “emisiones negativas”. Las reducciones de emisiones son extremadamente importantes, pero nosotros nos preguntamos: ¿qué pasa con el CO2 que ya está en la atmósfera? Por supuesto, muchos procesos en la Tierra toman CO2 del aire y lo eliminan, pero hay otras actividades sostenibles de eliminación de CO2 que podrían servir como herramientas adicionales para mitigar la contaminación ambiental y trabajar en armonía con energías renovables, medidas de eficiencia, etcétera.

Actualmente, 11 compañías son las que más se están aproximando a los duros requisitos para ganar el premio, entre un total de 2.600 participantes y más de 10.000 propuestas. Cubren las áreas del carbón vegetal, la energía ecológica con captura de carbón, la captura directa de CO2 en el aire, y también proponen formas de gestionar el campo y las tierras de forma sostenible, especialmente praderas, y de fomentar el almacenamiento del CO2 en ciertas rocas y minerales a través del proceso químico natural conocido como “rock weathering”.

Entrevista: Kerstin Schnatz/Ranty Islam/lab
Editor: Pablo Kummetz