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Cumbre de Montevideo

5 de julio de 2010

Presidentes por una semana: eso juegan a ser los jóvenes africanos, latinoamericanos y europeos que participan en el Parlamento Juvenil Internacional –organizado por el Instituto Goethe de Uruguay– hasta el 11 de julio.

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El Parlamento Juvenil entró en funciones.Imagen: Goethe Institut

A partir de este lunes (5.7.2010) y durante una semana, un centenar de jóvenes africanos, latinoamericanos y europeos se reunirá en la ciudad de Montevideo para participar en el primer Parlamento Juvenil Internacional, un taller organizado por el Instituto Goethe de Uruguay y auspiciado por la Unión Europea (UE) en el que discutirán sobre la manera más efectiva de alcanzar los Objetivos de Desarrollo del Milenio como si realmente estuvieran en el seno de una asamblea de la ONU, el organismo que fijó esas metas en el año 2000.

Esta serie de debates estudiantiles conocidos como “simulaciones”, juegos de roles que buscan estimular la toma de consciencia frente a problemas de gran escala, es el primer proyecto de alcance global del Instituto Goethe en el marco de su campaña Jóvenes para el mundo y está inspirado en actividades que reproducen el protocolo y el proceso de toma de decisiones de los foros internacionales más prominentes: el Modelo de Naciones Unidas (MNU) y el Modelo de Parlamento Europeo (MEP, son sus siglas en inglés).

Fomentando el poliglotismo

Alexander-Kruckenfellner
Alexander Kruckenfellner, director académico del Instituto Goethe en Montevideo.Imagen: Goethe Institut

“¡Pero no es una copia!”, aclara Alexander Kruckenfellner, coordinador del proyecto y director académico del Instituto Goethe de Uruguay, subrayando que para el Parlamento Juvenil Internacional se ha concebido un modelo ajustado a sus objetivos. “Nosotros buscamos promover la idea de que hablar uno o más idiomas, aparte de la lengua materna, es muy importante”, añade. Los participantes tienen entre 16 y 18 años y vienen de Alemania, Argentina, Austria, Brasil, Costa de Marfil, España, Ghana, Luxemburgo, México, Paraguay, Suecia y Uruguay.

En esta ocasión, más que incentivar el aprendizaje del alemán, el Instituto Goethe está fomentando el poliglotismo: “Al contrario de las sesiones del Parlamento Europeo o de la ONU, en donde normalmente domina el inglés, en el Parlamento Juvenil Internacional no tendremos un idioma oficial. De ahí que recibamos el apoyo de estudiantes universitarios en todo lo referente a las traducciones de textos y de un experto por cada tópico a discutir para que asesore a los jóvenes durante la formulación de las resoluciones”, precisa Kruckenfellner.

Las metas del milenio

La agenda del Parlamento Juvenil Internacional gira en torno a las metas trazadas por los países miembro de la ONU en la Cumbre del Milenio, celebrada en Nueva York hace ya una década: reducir los índices mundiales de pobreza y de mortalidad infantil y materna, garantizar la educación primaria universal, fomentar el desarrollo de los países no industrializados, consolidar la igualdad entre los géneros, frenar el avance del VIH-SIDA y la destrucción del medio ambiente. “Los jóvenes traen consigo experiencias contrastantes porque provienen de culturas muy diferentes y esa mezcla nos parece muy productiva”, señala Kruckenfellner.

“El Instituto Goethe aprovechará el debate en torno a los ocho Objetivos de Desarrollo del Milenio para aportar su grano de arena en materia de educación cívica. No se trata necesariamente de impartir una formación política, pero sí de enseñarle a los jóvenes cómo se discuten y se negocian estos asuntos, así como de abrir sus ojos para que conozcan lo que pasa en sus países y en el resto del mundo”, apunta Kruckenfellner, cuyo proyecto cuenta con exitosos predecesores en América Latina; las simulaciones de asambleas parlamentarias basadas en el Modelo de Naciones Unidas son un ejemplo.

Aprender emulando

Jugendparlament Goethe
Imagen de las primeras sesiones.Imagen: Goethe Institut

“Yo aprendí muchísimas cosas de esas simulaciones; cosas que uno no suele aprender en clase ni encontrar en los textos escolares”, comenta Daniela Andreína Ortiz, una estudiante venezolana que asistió durante dos años seguidos al Modelo de Naciones Unidas organizado en su colegio. “Y no sólo eso”, agrega la bachiller de 17 años, “los funcionarios de la ONU que asistían de vez en cuando a esas simulaciones se llevaban ideas surgidas de los debates porque eran ideas que a ellos no se les habrían ocurrido. Nosotros hallábamos soluciones originales para los problemas planteados porque no estábamos bajo la presión del mundo real”, explica.

“La de las simulaciones fue una experiencia muy valiosa para mí; si no la has vivido, no sabes de lo que te estás perdiendo”, dice la joven caraqueña, asegurando que, aunque los participantes del Modelo de Naciones Unidas eran menores de edad, ningún tópico les fue ajeno. “Yo fui miembro de dos comités; en uno hablamos abiertamente sobre el aborto y en el otro, sobre los derechos de la población transexual en el mundo, dos temas usualmente percibidos como tabú. Estas simulaciones te preparan muy bien para discutir sobre cualquier asunto de relevancia social”, enfatiza Ortiz.

La conexión África-Latinoamérica

“El primer Parlamento Juvenil Internacional implicó un proceso de organización muy complejo, por eso hemos limitado el número de participantes a cien; pero todos los países de África, Latinoamérica y Europa fueron invitados a participar”, cuenta el director académico del Instituto Goethe. Este evento tendrá lugar cada dos años, siempre en un país distinto. “Estamos planeando que la sede del Parlamento Juvenil 2012 esté en África, pero todavía no nos hemos decidido por un país específico”, agrega Kruckenfellner.

“Otro objetivo del Parlamento Juvenil Internacional es crear una red que conecte a los jóvenes africanos con los latinoamericanos. Y es que los parlamentos juveniles que ya existen suelen funcionar como puentes entre Europa y Latinoamérica o como bisagras entre Europa y África, pero no entre Latinoamérica y África”, sostiene Kruckenfellner. ¿Sería exagerado describir este proyecto como semillero de líderes para la comunidad internacional del futuro? Sólo el tiempo lo dirá.

Autor: Evan Romero-Castillo

Editor: Enrique López Magallón