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El inicio de la gran crisis de Putin

Ingo Mannteufel (JAG/PK)18 de diciembre de 2014

Putin cree que está en el rumbo correcto y anuncia mensajes de resistencia ante la caída del rublo. Pero podría estar al principio de la mayor crisis de su Gobierno, opina Ingo Mannteufel.

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Putin PK Moskau 18.12.2014
Imagen: Reuters/Zmeyev

Desde el punto de vista del presidente ruso, la conferencia de prensa anual de este año de Vladimir Putin se podría resumir en pocas palabras: Rusia actúa conforme a derecho en política exterior y Putin tiene todo bajo control a pesar de las turbulencias del rublo.

Aunque Putin prepare a su pueblo para un periodo económico difícil, a más tardar en dos años volverá a remontar la economía mundial y Rusia habrá reestructurado su economía. Hasta entonces, las dificultades se superarán con la ayuda de las grandes reservas de divisas rusas. Putin alabó los recientes pasos del Banco Central y del Gobierno para apoyar al rublo. Y según las lecciones de la economía de mercado, el significativo aumento del tipo de interés al 17% sería la solución correcta para mantener el curso. Sin embargo, sería cuestionable que el concepto de Putin funcione con tanta facilidad.

Ingo Mannteufel, Leiter der Europa-Redaktion der DW
Imagen: DW

¿Alcanzará el dinero?

Seguramente, las reservas de divisas de 420.000 millones de dólares son un buen colchón que servirá como puente para superar las dificultades económicas y –sobre todo- las sociales. Pero la pregunta es si alcanzará el dinero para todos los problemas. Puesto que para mantener el rublo, el estado tendrá que enfrentarse a más amenazas aparte del aumento del gasto.

Putin prometió que tanto las pensiones como los sueldos de los funcionarios -ambos grupos de gran apoyo para su poder- aumentarían según la inflación. Al mismo tiempo, los bancos y sobre todo empresas estatales como Rosneft o Gazprom necesitarán importantes ayudas financieras. Hasta finales de de 2015, algunas empresas, la mayoría estatales, tendrán que hacer frente a unos 130.000 millones de dólares de deudas en el extranjero en un entorno de sanciones financieras impuestas por occidente, que dificultarán la refinanciación de los viejos créditos.

En este marco de menores ingresos estatales por la caída del precios de la energía, el gasto de reservas de divisas, el aumento de la inflación y la subida del tipo de interés del 17 % en los nuevos créditos, la pregunta es cómo influirán todas estas condiciones en la tan aclamada diversificación economía rusa.

Problemas estructurales

Si atendemos a los problemas estructurales que la economía rusa sufre desde hace años, las dificultades actuales serían incluso más graves. Una economía basada en los recursos naturales tiene que transformarse en una nueva economía basada en tecnología, una industria moderna y ejemplar sector servicios. El gran fracaso de política económica de Rusia bajo el mando de Putin es no haber realizado esas reformas en los últimos 14 años, en un entorno mundial política y económicamente favorable. Además, la agresiva política contra Ucrania impedirá a Rusia emprender el camino hacia la modernización de la mano de occidente y será bajo la influencia de sanciones y de un sentimiento de amenaza mutuo.

¿Crisis o dudas del sistema?

Que el modelo actual de Rusia no funciona es solo una pequeña incógnita en la ecuación política que podría poner bajo presión al presidente Putin. Si su estrategia económica no resulta, pronto se cuestionará su responsabilidad política. Además, la cara oscura del gran apoyo del que goza Putin es que no hay otro que pueda ser culpable. No importa quien sea primer ministro o jefe del Banco Central. Putin es el único responsable de todo en Rusia.

Así, la crisis actual no es únicamente una crisis económica, sino también una gran crisis política para el presidente Putin. En la conferencia de prensa pidió dos años más para solucionarla, pero habrá que ver si la élite rusa y, sobre todo, el pueblo están dispuestos a concederle ese tiempo.