El “cronut”: cuando el croissant besa la dona | Audiorecetas | DW | 04.09.2013
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El “cronut”: cuando el croissant besa la dona

Esta semana DW los lleva a conocer a Roland Förch, el primer panadero alemán en introducir la famosa rosquilla “cronut” en tierras germanas.

El cronut es redondo como una dona, crujiente como un croissant, con un relleno cremoso y una capa glaseada. A primera vista, la nueva creación del pastelero francés Dominique Ansel no parece ser nada fuera de lo común. Sin embargo, esta rosquilla, mitad dona, mitad croissant, está conquistando paladares alrededor del mundo.

El cronut: cuando el croissant besa la dona

En Nueva York, la ciudad que vio nacer esta pequeña bomba de 500 calorías, los gourmets hacen fila, desde las seis de la mañana, frente a la pastelería de Dominique Ansel para hacerse con uno de los famosos cronuts. Para las personas menos pacientes y perseverantes, existe la posibilidad de adquirir un ejemplar al precio de hasta 100 euros, en el mercado negro neoyorquino.

Entretanto, la fiebre del cronut también ha llegado a Alemania. Gracias a la maestría y habilidad para los negocios del panadero Roland Förch, ahora también los alemanes pueden disfrutar de este novedoso pan de dulce. Förch cuenta que su hija le llamó la atención sobre esta rosquilla de vanguardia:

Roland Förch, el pionero del cronut alemán.

Roland Förch, el pionero del cronut alemán.

“Entonces empecé a investigar y se me ocurrió una idea. Le hablé a un amigo en Nueva York que al día siguiente hizo cola en la pastelería y preguntó por los ingredientes. Hasta intentamos un pequeño truco: mi amigo se hizo pasar por alérgico con el fin de descubrir el mayor número posible de ingredientes. Luego intentamos crear nuestro propio cronut. Después de alrededor de 10 ó 15 intentos, finalmente logramos hacer uno que nos gustara a todos”.

El espíritu emprendedor del pionero del cronut alemán valió la pena y el éxito no se hizo esperar: actualmente produce y vende entre 400 a 500 ejemplares al día. Sobre todo, los jóvenes de los alrededores viajan a la pequeña ciudad de Erlenbach, en el sur de Alemania, para abastecerse de cronuts. Asimismo, cerca de 50 a 100 rosquillas son vendidas a través de la tienda online de Förch. Los pedidos llegan de toda Alemania, así como de Austria y Suiza.

¿Pero cuál es el secreto detrás de esta dulce creación?

“Ansel realmente creó una novedad. Prácticamente horneó una masa de croissant en una freidora, por lo menos para el mundo occidental, eso es algo nuevo. En el mundo asiático hacen algo parecido. También tengo empleados turcos y éstos se rieron cuando les presenté el cronut, y dijeron que en Turquía, desde hace mucho tiempo, ya se conoce algo similar”, explica Roland Förch.

El panadero sabe que también las redes sociales han contribuido a forjar el mito del cronut. Fiel al espíritu de la época, su negocio posee una cuenta de Facebook en la que sus clientes pueden votar por el tipo de relleno del mes siguiente. Como Dominique Ansel ostenta los derechos del nombre “cronut” tanto en EE.UU. como en Europa, Förch decidió bautizar su creación con el nombre de “doncron”. No obstante, ambos colegas están en contacto por teléfono, compartiendo ideas e intercambiando experiencias.

A continuación, Roland Förch nos comparte su receta del doncron:

Ingredientes

Masa congelada de hojaldre para croissant

Aceite de pepitas de uva

Mezcla de azúcar y canela

Budín de vainilla para el relleno (se puede variar según el gusto)

Alcorza

Preparación

En una superficie enharinada, extender la masa congelada de hojaldre para croissant con ayuda de un rodillo a un grosor de 10 milímetros. Cortar pedazos redondos de la masa plana con un vaso y cortar un agujero al centro de cada pedazo. Dejar reposar durante un día los círculos de masa cubiertos en el refrigerador.

Al día siguiente, calentar el aceite de pepitas de uva a una temperatura de entre 160 a 170 grados. Con cuidado, freír los pedazos de masa aproximadamente 8 a 10 minutos de ambos lados hasta quedar dorados. Mientras sigan calientes, cubrir los lados con una mezcla de azúcar y canela.

Una vez enfriados, los doncrons pueden ser rellenados según el gusto. Roland Förch recomienda un relleno de budín de vainilla. Para ello, se hacen cuatro hoyos en la parte superior de la rosquilla, por donde se introduce el relleno. Después se cubre con alcorza y se decora según gusto propio.

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