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El amigo americano: la armonía franco-estadounidense

Antje Passenheim/PK11 de febrero de 2014

Amigos son desde la cuna. Pocas veces antes, sin embargo, fue la relación entre París y Washington tan armónica como ahora, en el momento de la visita oficial del presidente François Hollande y a pesar del affaire NSA.

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Imagen: Reuters

Francés aprendió en la escuela, pero más que “merci beaucoup” no sabe decir hoy, bromea a menudo Barack Obama. Temas de conversación hubo, no obstante, muchos, para la reunión el martes (11.02.2014) del presidente de Estados Unidos con su homólogo francés: comenzando por las algo difíciles situaciones económicas en ambos países hasta el affaire NSA. Pero lo central es otro tema, dice Christopher Chivvis, del “think tank” RAND.

“Pienso que lo central en las relaciones franco-estadounidenses es actualmente el área de la defensa y la seguridad”, dice el politólogo, “particularmente la cooperación en África, primero en Libia, luego en Mali y desde comienzos de este año, en la República Centroafricana.”

En el caso del derrocamiento de Muamar el Gadafi, Francia desempeñó en 2011 un papel clave al lado de Estados Unidos, contribuyendo a la intervención con ataques aéreos y unidades militares especiales. Luego París ordenó bombardear a islamistas en Mali. Con agrado observó Estados Unidos cómo Francia expulsaba a rebeldes próximos a Al Qaeda de ciudades en el norte del país. Esa vez fueron los norteamericanos quienes acudieron en socorro de los franceses, con expertos y drones.

Ello es registrado también en África. La semana pasada, el Gobierno de Níger llamó a Estados Unidos y Francia, la antigua potencia colonial, a intervenir juntos militarmente en el sur de Libia, para combatir a grupos terroristas. “Francia demostró que está dispuesta a actuar y eso es algo que impresiona a los estadounidenses”, dice Chivvis.

EE. UU. y Francia, cada vez más próximos

“Francia no solo es uno de los aliados más antiguos de Estados Unidos, sino también uno de los más fieles”, resalta una y otra vez Obama. En Siria, por ejemplo, donde París se alineó claramente con Estados Unidos, a diferencia de Londres, para una posible intervención militar contra Al Asad, que luego no se llevó a cabo.

“El hecho de que los Estados Unidos y Francia se aproximan cada vez en cuestiones de seguridad y política exterior es incuestionable”, resalta Chivvis, “y no puede sorprender que eso irrite un poco a los ingleses, aunque en realidad no exista razón alguna”. Porque al fin y al cabo, solo lleva a una más estrecha alianza transatlántica, “y eso es de interés de todos”.

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Hollande y Obama visitan la casa de Jefferson, en Virginia.Imagen: reuters

No ocurre lo mismo con las escuchas de los amigos americanos. Al igual que en el caso de la canciller federal alemana Merkel, el asunto también cayó como un rayo sobre Hollande. El otoño boreal pasado, ambos exigieron explicaciones de Obama. En una reciente entrevista que dio a la revista “Time”, Hollande habla de “un momento difícil, no solo entre Francia y Estados Unidos, sino también entre Europa y Estados Unidos”.

Hollande: el affaire NSA no es para tanto

No obstante, a continuación agregó que por ello no le guarda rencor a Obama. Al contrario, agrega Chivvis, ambos jefes de Estado comparten lineamientos básicos: “Ambos provienen del sector de la centro-izquierda y sus personalidades armonizan. No fue así, por ejemplo, entre Sarkozy y Obama, que son muy diferentes. A Obama no le gustan los dramas, lo que no se puede decir justamente de Sarkozy. Hollande es en eso mucho más parecido a Obama”.

Obama invitó a Hollande también a visitar Monticello, la casa del presidente Thomas Jefferson en Virginia, que simboliza el comienzo de una larga amistad. Luego de que los franceses ayudaran a los norteamericanos en su guerra de independencia contra Gran Bretaña, Jefferson fue diplomático en París. Jefferson, uno de los principales autores de la Declaración de Independencia de los Estados Unidos, era un ardiente admirador de la Revolución Francesa.

El credo común es citado también a menudo por Obama, en su calidad de sucesor de Jefferson: “Vida, libertad y búsqueda de la felicidad”, tal como reza en la Declaración de Independencia de Estados Unidos. Y también le gusta hacer referencia el lema de la Revolución Francesa, aunque con un marcado acento norteamericano: “Liberté, Egalité, Fraternité”.