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Egipto: jefe de las Fuerzas Armadas busca la confrontación

Nils Naumann / Evan Romero-Castillo26 de julio de 2013

Muchos temen por los derechos humanos en Egipto: las FF.AA. piden a los opositores de los Hermanos Musulmanes que las respalden para poner fin a la violencia. Y los seguidores de Mursi siguen pidiendo su vuelta al poder.

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Imagen: Reuters

El nuevo hombre fuerte de Egipto es Abdel Fatah al Sisi. Él es simultáneamente jefe de las Fuerzas Armadas de ese país, ministro de Defensa y viceprimer ministro. Pero Al Sisi quiere más. Hace poco, en una charla sostenida frente a la última promoción de egresados de la Academia Militar –y transmitida en vivo por televisión–, el general instó a todos los “egipcios honestos” a tomar las calles este viernes (26.7.2013) “para concederme el mandato y el poder que me permitirá poner fin a la violencia y al terrorismo”.

Diversos observadores interpretaron ese mensaje como la búsqueda de respaldo popular para ampliar las prerrogativas de las Fuerzas Armadas y actuar contundentemente contra los Hermanos Musulmanes. Cabe recordar que cuando el presidente Mohamed Musi fue derrocado a principios de julio por los militares, éstos alegaron haber atendido a la voluntad del pueblo. Antes de eso, millones de ciudadanos habían protestado airadamente contra el Gobierno de Mursi y de su clientela política, los musulmanes fundamentalistas.

Apostando al enfrentamiento

El movimiento juvenil Tamarod respondió al llamado de al Sisi y exhortó a los opositores de los Hermanos Musulmanes a ocupar las plazas del país usando la misma retórica: la de la “lucha contra el terrorismo”. Pero los Hermanos Musulmanes no se dejaron amedrentar. Ellos rechazaron la invitación del presidente de facto, Adli Mansur, a participar en un diálogo de reconciliación y salieron a la calle este 26 de julio para protestar contra el derrocamiento de un presidente elegido en comicios democráticos: Mursi.

General Abdel Fatah al Sisi.
General Abdel Fatah al Sisi.Imagen: Reuters

Todo apunta a que las partes en discordia han apostado al enfrentamiento violento. De ahí que muchos teman por el estado de los derechos humanos en Egipto. “Parte del problema radica en que todos hablan de derechos humanos, pero cada quien tiene una idea diferente sobre lo que esos derechos implican”, dice la politóloga germano-egipcia Hoda Salah.

Una historia de nunca acabar…

“Cuando Mursi estaba en el poder, él se refería a los derechos humanos de su grupo. Ahora es lo contrario y nadie habla sobre los derechos humanos de los Hermanos Musulmanes y sus seguidores”, acota Salah. Desde el golpe de Estado contra Mursi, sus partidarios han salido a manifestarse a diario. La violencia nunca falta, pero, en la mayoría de los casos, son los Hermanos Musulmanes quienes resultan agredidos. Cuando no son las fuerzas de seguridad las que los golpean, son bandas armadas de civiles las que los acosan.

Esta parece ser una historia de nunca acabar: “Cuando Hosni Mubarak llevaba las riendas de Egipto, el aparato de seguridad torturaba y asesinaba a los disidentes. Eso no ha cambiado”, sostiene Diana Eltahawy, analista de Amnistía Internacional especializada en el acontecer egipcio, explicando que, a pesar de los cambios políticos que se han dado en el país, tanto la policía como las Fuerzas Armadas y los servicios secretos siguen estando conformados por las mismas personas de siempre.

Salah: “Los Hermanos Musulmanes deben ser incluidos en el proceso político. Si no, Egipto se las verá con una guerra civil muy larga”.
Salah: “Los Hermanos Musulmanes deben ser incluidos en el proceso político. Si no, Egipto se las verá con una guerra civil muy larga”.Imagen: Reuters

Cambio de táctica

También durante la administración Mursi se registraron numerosas violaciones a los derechos humanos. Periodistas y blogueros críticos y otros adversarios de los Hermanos Musulmanes fueron detenidos y denunciados; varios manifestantes fueron asesinados. Es por eso que es tan importante que el nuevo Gobierno pise el freno, reflexione y cambie de tácticas, señala Eltahawy: “Es imprescindible que las nuevas autoridades dejen claro que su meta no es pasarle factura ni oprimir a los Hermanos Musulmanes”, subraya la experta.

“El esclarecimiento de los crímenes debe ser imparcial. Todos los victimarios deben asumir sus responsabilidades sin que la Justicia considere su orientación política o su cargo”, agrega Eltahawy. Salah coincide con ella: “Yo quisiera ver aplicada en Egipto una política de pacificación que defienda los derechos humanos de los Hermanos Musulmanes. Éstos deben ser incluidos en el proceso político egipcio. Si esto no ocurre, Egipto se las verá con una guerra civil muy larga”, pronostica la politóloga Salah.

Autores: Nils Naumann / Evan Romero-Castillo

Editora: Emilia Rojas Sasse