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La resurrección de Mosquera

Esteban Bayer / dpa2 de noviembre de 2007

John Jairo Mosquera se desmayó en un entrenamiento del Werder Bremen, el pasado mes de julio. Luego, Carl Zeiss de Jena no lo quiso en sus filas. El delantero colombiano recibió una nueva oportunidad y llegó para anotar.

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John Jairo Mosquera, luego de anotar su gol frente a Duisburg.Imagen: picture-alliance/dpa

Hace pocas semanas, la breve carrera deportiva del goleador John Jairo Mosquera estaba acabada. Había llegado al fútbol alemán con la ilusión de conquistar la Bundesliga en el plantel de uno de los clubes grandes, el Werder Bremen, pero en julio pasado todo se desmoronó, nadie daba un centavo por él.

El desplome

En un entrenamiento sintió un malestar, se desmayó, los médicos no le podían medir el pulso, lo reanimaron, lo internaron de urgencia para evitar lo que pensaban iba a ser inevitable: la muerte por paro cardíaco. Pero John Jairo, una de las promesas colombianas que llegó a integrar la selección juvenil sub-20 de su país, se recuperó y esta semana vivió la alegría más grande de su trayectoria futbolística.

El miércoles, según dijo, recibió una alegría que describió como 'grandísima'. El entrenador del Bremen, Thomas Schaaf, le anunció que iba a estar en el banquillo de suplentes en el partido de la Copa alemana contra el Duisburgo. Era la primera vez que lo convocaban para un partido oficial con el primer equipo.

Pero no se quedó ahí: al promediar el segundo tiempo, el corazón comenzó a palpitar a mayor velocidad aún cuando Schaaf le avisó que iba a entrar a jugar. Lo hizo faltando diez minutos de juego. 'Fue una sensación increíble', narró después. No iba a ser la última sensación de éxtasis esa noche.

Demoró siete minutos hasta que tocó el balón por primera vez, después de no encontrar su lugar en un escenario desacostumbrado. Pero cuando lo hizo, cuando tocó la pelota por primera vez, fue para mandarla a la red. Iba a ser el 4-0 para su equipo. Primer partido, primer toque, primer gol, golpeando de derecha desde el borde del área. Se fue a festejar al banderín del corner, en un baile desenfrenado.

Un momento increíble

'Cuando vi que la pelota cruzaba la raya de pronto mi cabeza se llenó de gente. Pensé en mi familia, mis amigos, en Dios, en los compañeros. Fue un momento increíble, simplemente lindo', comentaba horas después, sin encontrar las palabras para describir bien lo que sentía.

'Es que por momentos no pensé que iba a sentir algo así, después de lo que me pasó con el corazón', trataba de explicar, sin querer detallar lo que fue 'aquello' por lo que sufrió a principios de julio cuando fue cedido a hacer un entrenamiento de prueba con el Carl Zeiss Jena, de la segunda división. Después de 'aquello', nadie quiso más a Mosquera y el Werder lo tuvo que reincorporar.

Dice que uno de los que más le ayudó, como ejemplo, fue su compañero de equipo Ivan Klasnic, el croata que se convirtió en el primer jugador en volver a jugar al fútbol después de un trasplante de riñon.

'La fuerza de voluntad que tuvo para volver me impresionó, fue algo que me motivó mucho', señala Mosquera, jugador que a pesar de su corta edad ya estuvo en el Millonarios de su país, en el River Plate argentino y el danés Sonderjyske, de segunda división.

'Mosqui', como lo llaman los compañeros, sabe que ese gol no le va a cambiar la vida automáticamente. 'En el plantel hay delanteros muy buenos y es muy difícil desplazarlos como titulares. Pero después de este primer gol, lo único que puedo hacer es seguir entrenando y aprovechar las oportunidades cada vez que se presenten', plantea en el análisis de su situación.

Al ser consultado sobre qué es lo que los aficionados del Bremen pueden esperar de él en el futuro, Mosquera se muestra cauto: 'Como futbolista, que haga muchos goles. Como ser humano, que no cambie con el éxito'.