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Nada es posible sin subvenciones

18 de septiembre de 2012

El mercado de automóviles depende de muchos factores: técnicas de automoción, objetivos políticos, hábitos de compra... Científicos alemanes investigan qué tipo de vehículos circularán dentro de cuarenta años.

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Imagen: ddp images/AP Photo/Larry Downing, Pool

Como cada mañana, George, padre de familia, lleva a su mujer e hijos al centro: atraviesa el cielo en un auto volador de color verde, sobrevolando edificios que parecen alcanzar las nubes; primero va a la guardería, luego al colegio y luego al centro comercial. Por último, al igual que los demás habitantes de Orbit City, se dirige a la pista de aterrizaje de su oficina y, tras aterrizar, repliega el auto volador hasta convertirlo en una manejable cartera de mano. Así transcurre un día cualquiera en la vida de los Supersónicos en el año 2062.

Evidentemente, los creadores de la serie animada creada en EE.UU en los años sesenta han dejado volar su imaginación un poco demasiado alto. Dentro de cincuenta años será el 2062, pero no hay indicios de que para entonces vayan a ser comunes los vehículos voladores. Aerodeslizadores, inyectores o cohetes no circularán por las calles en un futuro cercano. Sin embargo, el aspecto de las carreteras sí va a cambiar en los próximos años.

En nuestras carreteras predominan actualmente los vehículos con motores de combustión pero otro tipo de vehículos ya les están haciendo la competencia: los vehículos de hidrógeno, los vehículos con batería de litio o los motores híbridos están haciéndose un hueco en el mercado. En su Libro Blanco del Transporte, la Comisión Europea exige la reducción a la mitad del número de vehículos de combustible convencional y su desaparición de las ciudades para el año 2050. ¿Qué tecnología predominará entonces en las carreteras del futuro? ¿Qué nuevas infraestructuras serán necesarias? ¿Tomas de corriente, estaciones de recarga, o los antiguos surtidores?

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Modelo de auto volador de 1968.Imagen: CC/Alden Jewell

Las simulaciones podrían darnos la respuesta

Para dar respuesta a tales interrogantes, los investigadores del transporte del Centro alemán de Aeronáutica y Astronáutica (DLR por sus siglas en alemán), con sede en Stuttgart, han diseñado un modelo en computadora. Vector 21 calcula qué aspecto tendrán las carreteras en el futuro basándose en los actuales hábitos de compra de los consumidores, en las distintas técnicas existentes y en los posibles incentivos políticos. “El punto fuerte del modelo es que reproduce las tecnologías de forma detallada, así como los costos que implican, y que, además, tiene en cuenta al consumidor”, explica Stephan Schmid, director del proyecto DLR.

Además, el modelo no es rígido, sino dinámico: “Por ejemplo, se puede analizar qué pasaría si se subvencionara una determinada tecnología”, añade el investigador alemán. De este modo, él y sus colegas analizaron lo que pasaría si se subvencionaran durante cinco años tecnologías más ecológicas. La situación cambiaría solo por poco tiempo: las tecnologías alternativas aparecerían en las carreteras mientras duren las subvenciones, pero desaparecerían poco después del mercado porque sin subvenciones resultan demasiado caras para los usuarios. En el 2030, tres cuartas partes de los coches nuevos comprados seguirían siendo híbridos. Se trata de coches que, junto con el motor de combustión convencional, incorporan una batería que puede almacenar la energía de frenado, contribuyendo a la propulsión del vehículo y reduciendo las emisiones de CO2.

Elektronische Tankstelle
¿Se verán dentro de poco surtidores eléctricos como este por las calles?Imagen: CC/Richard Allaway

Sólo con subvenciones a largo plazo se alcanzarían efectos duraderos

En una segunda simulación, usan en sus cálculos un mayor ahorro de emisiones (un 54% en vez del 29% establecido por la UE). Además, calculan una mayor inversión en subvenciones a largo plazo para coches de hidrógeno. La situación cambiaría por completo: en el año 2030 ya no se comprarían coches nuevos con motores híbridos. En su lugar, un 25% de los vehículos serían de hidrógeno y otro 25% eléctricos de batería. El 50% restante lo constituirían vehículos eléctricos con función Range Extender, es decir, vehículos eléctricos que cuentan con motor de combustión para las distancias más largas.

Según estas investigaciones, el éxito de la reducción de CO2 en el futuro no depende de los avances tecnológicos sino, sobre todo, de las decisiones políticas: ¿se subvencionarán los vehículos eléctricos? ¿Cómo se sancionará el incumplimiento de los objetivos de la reducción de CO2? ¿Durante cuánto tiempo se llevarán a cabo tales medidas?

La simulación realizada por los investigadores del DLR no es sólo aplicable al mercado automotriz alemán. “Si bien nuestros cálculos se refieren en concreto a Alemania no se trata de un islote aislado, sino que forma parte de un contexto global”, afirma Schmid. “Su aplicación local depende en principio de si el mercado automotriz está saturado. Por ejemplo, en China el mercado está todavía en expansión, por lo que no se puede calcular cuántos vehículos habrá en diez o veinte años. Además, las decisiones políticas pueden poner freno al crecimiento en dicho país.”

Auftanken über die Steckdose
Versión futurista... o actual: ¿Comenzaremos a circular en coches que se carguen con un enchufe?Imagen: CC/Dominic Alves

Una cuestión de costumbres

“En principio, suponemos que todavía en el año 2040 tres cuartas partes de los vehículos utilizarán motores de combustión, incluyendo los vehículos híbridos”, afirma Schmid, prescindiendo de los resultados de la simulación. Considera improbable que el mercado vaya a estar constituido exclusivamente por vehículos eléctricos. La razón de ello es que las distancias que pueden recorrer dichos vehículos son muy cortas. “Por último, depende de lo rápido que podamos alterar nuestras costumbres. Por ejemplo, acostrumbrarnos a enchufar el coche para recargarlo”, añade. Algo que no se suele tener en cuenta en las películas de ciencia ficción, pero que tiene que ver iremediablemente con la realidad.

Autora: Caroline Ring / CS

Editora: Lydia Aranda Barandiain