Opel cumple 150 años

De una empresa como Opel, que comenzó produciendo máquinas de coser en la segunda mitad del siglo XIX y supo convertirse en el fabricante de automóviles más importante de Alemania en la primera mitad del siguiente, habría cabido esperar una vida más próspera. Pero este 23 de agosto, cuando la compañía cumple 150 años, se enfrenta a grandes dificultades.

En la actualidad, las ventas de Opel son tan bajas que sus directivos han decidido reducir la jornada laboral de miles de trabajadores en sus plantas de Rüsselsheim y Kaiserslauten a partir de septiembre. Algunos alegan que la razón del mal desempeño de Opel se debe a un añejo problema de mala gestión empresarial. “Opel tiene demasiados empleados”, señala Wolfgang Meining, del Instituto de la Economía del Automóvil de Bamberger. Otros llegan al punto de decir que Opel perdió su imagen moderna a finales de los años noventa.

Adam Opel creó la empresa familiar en 1862 en Rüsselsheim, cerca de Fráncfort del Meno. Sus coches acapararon de tal manera la atención de los consumidores que casi nadie recuerda las bicicletas que se concibieron en sus talleres. La industria automotriz también tenía el ojo puesto en la compañía alemana; en 1929, Opel pasó a formar parte del gigante estadounidense General Motors (GM). Según los conocedores, Opel se distinguió por ofrecer tecnología estadounidense en formato europeo.

Después de la Segunda Guerra Mundial, Opel disfrutó de una trayectoria exitosa en el mercado internacional y consolidó su reputación sin problemas hasta la década de los ochenta. Posteriormente, una serie de malos resultados llevaron a GM a asumir las riendas del negocio desde Detroit. “Todas las decisiones de Opel debían contar con la aprobación de la matriz estadounidense y esa política perjudicó la calidad de los autos, propiciando aún más errores de diseño y de marketing”, comenta el profesor Markus Voeth, de la Universidad de Hohenheim.

“No se centraron lo suficiente en la producción”, acota Ferdinand Dudenhöffer, otro académico en el campo de la ciencia automotriz y director de un estudio según el cual Opel pierde casi mil euros por cada nuevo coche que vende. El informe fue presentado el 18 de agosto por la Universidad Duisburgo-Essen, reforzando la impresión de que la empresa se verá obligada tarde o temprano a anunciar el cierre de algunas de sus fábricas. De momento, GM se limita a exigirle grandes recortes en la producción y en el aparato burocrático.

Autor: Evan Romero-Castillo/ dpa
Editora: Emilia Rojas Sasse