Hoy vamos a conocer un poco más la geografía y gastronomía de Alemania. Y para ello, vamos a viajar a uno de sus rincones más turísticos y encantadores: la Selva Negra. Un lugar lleno de belleza y misterio.
“La Selva Negra me gusta mucho, porque tiene bosques muy hermosos y preciosas praderas, al contrario que en el caso de los Alpes, que son más rocosos, y las montañas son demasiado altas”, afirma uno de los turistas que acuden a la Selva Negra de todos los rincones de Alemania, y también del extranjero, en busca de un paraje natural de excepcional belleza, virgen, verde, aparentemente libre de la intervención del hombre.
Bosque y ciudad
Si alguien prefiere la civilización, puede optar por alojarse en la ciudad más cercana, la pintoresca Friburgo, o hacer un poco de turismo rural y empaparse en la cultura local: las casas típicas de campesinos que abundan por la zona, con sus pareces de madera y sus grandes techos empinados, o los trajes regionales de mujer, con sus largas faldas y sus pesados sombreros de bolas rojas. Sin olvidarse, por supuesto, de la gran tradición de relojes de cuco de la zona.
Pero lo más fácilmente encontrable, y probablemente también lo más buscado, es la gastronomía local. Esta viene encabezada, por supuesto, por la muy famosa Schwarzwaldkuchen, la tarta Selva Negra. Una receta en la que en la zona existen verdaderos maestros, como Inge Borchert, que puede presumir de preparar una de las mejores tartas de la región… Si no la mejor: “No tiene ningún secreto. Depende de la interacción de los ingredientes, las cerezas, la crema, y naturalmente, el aguardiente de cereza.”
La tarta Selva Negra es, posiblemente, el icono más famoso de la región. Puede encontrar la receta en nuestro catálogo.
Otras especialidades
El aguardiente de cereza o Kirschwasser es otro de los elementos más típicos de la gastronomía de la Selva Negra, un licor de sabor único que se consigue mezclando vodka, azúcar y cerezas y realizando un largo y complicado proceso de doble destilación. Y la tercera especialidad más buscada de la región es el jamón de la Selva Negra o Schwarzwälder Schinken, debido a su sabor ahumado tan característico.
Como en nuestro catálogo de recetas contamos ya, naturalmente, con la espectacular tarta Selva Negra, hoy vamos a centrarnos en el jamón de la Selva Negra para preparar un irresistible plato también muy típico de la zona – una variante del muy alemán Roulade: Rouladen de carne picada de la Selva Negra.
Rouladen de carne picada de la Selva Negra
Ingredientes para 4 personas
750 g de carne picada, mezcla de cerdo y ternera
8 láminas de jamón ahumado
8 pepinillos pequeños
1 panecillo duro o 2 rebanadas de pan tostado
4 cebollas grandes
2 huevos
100 g de crema o nata
½ l de agua
3 cucharadas de aceite para freír
2 cucharadas de caldo de carne
1 cucharada de mostaza
1 cucharada de harina
Perejil picado fresco al gusto
Pimentón dulce al gusto
Sal y pimienta
Preparación
Empapar el panecillo en agua. Pelar las cebollas, picar una de ellas y el resto cortarlas en aros. Mezclar la carne picada, el panecillo deshecho, la cebolla picada, la mostaza, la sal y pimienta y el pimentón picante y amasar bien.
Dividir la masa y formar 8 “filetes” para Rouladen con la ayuda de papel de aluminio, no demasiado finos. Cubrir con una lámina de jamón y un pepinillo. Enrollar el Roulade y fijar con palillos.
Calentar el aceite en una sartén profunda y freír los Rouladen unos 10 minutos por toda su superficie. Extraer los Rouladen y freír los aros de cebolla hasta que se doren.
Añadir la harina, y a continuación el ½ litro de agua, la crema y el caldo, y dejar hervir. Poner los Rouladen en la salsa y dejar cocer unos 15 minutos. Sazonar con sal y pimienta, y espolvorear con el perejil.
Se recomienda acompañar con patatas o Spätzle.
Autora:Lydia Aranda Barandiain
Editor: Enrique López