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Reeditan en Chile obras de científico alemán

Diego Zúñiga22 de marzo de 2012

Dieciocho volúmenes de Athanasius Kircher estaban olvidados en una bodega de la Biblioteca Nacional. Un grupo de expertos los hallaron, expusieron y lanzaron un libro para rescatar la memoria del estudioso germano.

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Imagen: Zúñiga

Un día de noviembre de 2008, la profesora del Departamento de Teoría de las Artes de la Universidad de Chile, Constanza Acuña, conversaba con el historiador argentino José Emilio Burucúa, quien le contó que en una bóveda de la Biblioteca Nacional de Chile se encontraban 18 libros del científico alemán Athanasius Kircher, un jesuita deseoso de conocimiento enciclopédico que dejó para la posteridad 44 volúmenes con sus investigaciones. En esos textos hay detalles de algunas de sus creaciones, como una máquina de movimiento perpetuo (que no funciona) y una linterna mágica.

Esos libros abandonados en una bodega de Santiago eran un verdadero tesoro. Hasta allá caminó Acuña, quien confirmó el rumor y halló esa maravilla historiográfica afectada por hongos y con sus encuadernaciones sufriendo el paso del tiempo. Sorprendida de tener en sus manos manuscritos que son difíciles de encontrar incluso en Europa, lo primero que Acuña quiso desentrañar fue cómo esos manuscritos terminaron arrumbados y abandonados en la principal biblioteca del país andino.

Libro Kircher
La nueva edición de Kircher, en Chile.Imagen: Ocho Libros

Discípulo predilecto

Buena parte de la historia de Chile está vinculada a la presencia de jesuitas en su territorio. Uno de sus miembros más resonantes fue Alonso de Ovalle, quien publicó “Histórica relación del Reyno de Chile” en 1646. “De Ovalle viaja a Roma para presentarle al papa Inocencio X su libro. Ahí lo escuchó con entusiasmo Nicolás Mascardi, discípulo predilecto de Kircher”, cuenta Acuña. Luego Mascardi viaja a Chile y trae consigo algunas obras de su maestro. Tras pasar por diversos recintos, terminaron en un rincón de la Biblioteca Nacional, olvidados.

Luego de desenredar la madeja del origen de los libros, Acuña y un grupo de investigadores chilenos comenzaron a trabajar en una exposición, para poner al alcance del público el trabajo de Kircher y resaltar así su condición de incansable buscador y acumulador de conocimiento. Esa exposición se realizó hasta el 30 de enero de 2012 y dio como resultado la publicación de un libro, donde se reúnen grabados y manuscritos del pensador alemán.

Restauración onerosa

“La exposición nos dejó muy contentos, especialmente porque logramos dar a conocer uno de nuestros patrimonios barrocos más valiosos y desconocidos”, cuenta Acuña, quien añade que el director de extensión de la Biblioteca Nacional le informó que el trabajo sobre Athanasius Kircher fue uno de las más visitados del 2011 en ese edificio, con más de 9 mil asistentes. Del mismo modo, el libro “La curiosidad infinita de Athanasius Kircher”, publicado por Editorial Ocho Libros, muestra en 208 páginas qué había en esos volúmenes investigados por Acuña y su equipo. Al lanzamiento de esta obra asistió el teórico del arte alemán Siegfried Zielinski.

Universidad de Chile Acuna
La profesora Constanza Acuña.Imagen: Universidad de Chile

Una de las tareas pendientes es la restauración de los volúmenes del sabio barroco, que estaban seriamente dañados al momento de ser hallados. Acuña explica que para reparar las obras “se requiere de un financiamiento importante. Esperamos que el Estado pueda hacerse cargo lo antes posible de esa tarea pendiente, aunque el equipo de conservación y restauración de la Biblioteca Nacional realizó un excelente trabajo de conservación de los 12 libros (del total de 18) que expusimos”.

Comparado con Da Vinci

Constanza Acuña explica a DW que la importancia de toda esta historia radica en que “se trata de libros originales que abordan múltiples áreas del saber, como la literatura, teología, arte, musicología, historia de las ciencias y las ideas, filosofía, sinología, entre otras. Para nosotros fue una enorme experiencia estética e historiográfica, que además nos abrió un viejo debate sobre la importancia que tiene la historia colonial en la formación de la identidad chilena”, explica la profesora.

En diversas fuentes se compara a Kircher con el gran sabio renacentista Leonardo da Vinci. La especialista explica el paralelo: “Sus contemporáneos hablaban de Kircher como el ‘Maestro de las cien artes' o el último sabio universal, concepto renacentista que coincide con la figura de da Vinci. Sin embargo, su condición de sacerdote apegado a los principios más dogmáticos de la iglesia Católica no lo dejaron llegar a construir una obra que se desprendiera realmente de esas restricciones. En ese sentido es muy distinto a da Vinci”.

Autor: Diego Zúñiga
Editor: Enrique López