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Draghi: no más críticas desde el anonimato

Konrad Busen (VC/EL)7 de noviembre de 2014

Los rumores acerca del estilo de liderazgo de Draghi son críticas indirectas al rumbo que ha tomado la institución. Los críticos prefieron permanecer en el anonimato y sus argumentos no convencen, cree Konrad Busen.

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Mario Draghi, presidente del Banco Central Europeo.
Mario Draghi, presidente del Banco Central Europeo.Imagen: Reuters

“Cuando los hechos se enfrentan a la fe, salen perdiendo”. Con estas palaras, el jefe del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, defendió los planes del BCE de seguir comprando bonos en los mercados. En promedio, la tasa de inactividad de estos bonos (cédulas hipotecarias, bonos de titulización ABS) está por debajo del uno por ciento. Así, el riesgo de que al final los bancos emisores nacionales y con ello los contribuyentes sufran pérdidas, es muy bajo.

No obstante, sobre todo en Alemania han surgido críticos de esta política monetaria. Con la hiperinflación de la crisis mundial en mente, estos temen que las compras del BCE puedan conducir a una inflación igual de alta que en aquel entonces. Sin embargo, no hay indicios para ello, como muestra el ejemplo de Estados Unidos, donde la Reserva Federal estimuló la economía a través de sus programas radicales de compra de bonos. La inflación se mantuvo visiblemente por debajo del dos por ciento.

Puesto que los críticos al parecer no convencen, y en el consejo del BCE no contarían con la mayoría, algunos echan mano de otros medios. Por ejemplo, han empezado a cursar rumores de que el jefe del Banco Federal Alemán, Jens Weidmann, estaría enojado, porque el presidente del BCE tomó sus decisiones unilateralmente. Según otros rumores, Mario Draghi estaría cansado de ejercer su cargo y preferiría ser presidente de Italia, en vez de enfrentarse a los críticos de mente cerrada de su política monetaria.

Konrad Busen, experto en economía de DW.
Konrad Busen, experto en economía de DW.

No obstante, las fuentes de estos rumores prefieren permanecer en el anonimato. En una conferencia de prensa que Mario Draghi ofreció en Fráncfort, el presidente del BCE contraatacó elegantemente, diciendo que sus declaraciones sobre la política monetaria de este jueves (6.11.2014) fueron firmadas por todos los miembros del consejo del BCE. Es decir, también los planes de expandir el balance del BCE al nivel de principios del 2012 (cerca de tres billones de euros). Asimismo, en caso necesario, el consejo habría acordado emprender más medidas poco convencionales, dentro del marco del mandato del BCE.

Probablemente esto no callará a los críticos, puesto que la fe vale más que mil palabras. Quien no crea que la UE y la eurozona pueden alcanzar más integración y quien no haya entendido que la política monetaria de una unión monetaria tan heterogénea no se parece a la política monetaria del Banco Federal de Alemania de la década de los 70, seguirá criticando a escondidas a Mario Draghi.

Pero el BCE no es el Banco Federal de Alemania. Sus 333 millones de clientes, los ciudadanos de la eurozona, viven en regiones económicas muy distintas. Y, si otros grandes bancos emisores de este mundo en Japón y EE. UU. inyectan miles de millones a los mercados para estimular sus economías, y de paso devalúan la moneda, ¿el Banco Central Europeo no debería poder seguir estos pasos?

La tarea del BCE es mantener la estabilidad de los precios. Y, con una inflación de un dos por ciento y hasta por debajo de este porcentaje, cumple su tarea. Esto significa que, con una tasa de inflación tan baja como la actual, el BCE se ve obligado a actuar. Asimismo, deberá contribuir a evitar que el desempleo en los países de la eurozona siga aumentando de manera extrema.

Mario Draghi y sus colegas en el consejo del BCE toman en serio su misión. Seguir criticando desde el anonimato a su presidente y lamentarse de los viejos tiempos del Banco Federal Alemán no ayudará a llevar adelante a Europa ni traerá consigo el bienestar en nuestros países.