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Descubren antiguo calendario maya

Violeta Campos11 de mayo de 2012

Investigadores estadounidenses descubrieron el más antiguo calendario maya. Este hallazgo confirma el peritaje astronómico maya siglos antes de lo que se conocía, afirma experto alemán a DW.

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Epígrafos en Xultún.
Epígrafos en XultúnImagen: National Geographic, Tyrone Turner/AP

El doctor Lars Frühsorge, director de la Asociación Mesoamericana de Hamburgo, dice que "no se trata tanto de un calendario, sino es una especie de cálculo astronómico hecho por un noble. Son números que fueron plasmados en un muro en el interior de una pirámide por un astrónomo que observaba las estrellas para hacer sus cálculos." La pirámide, donde se hizo el descubrimiento, se encuentra en el sitio arqueológico de Xultún en el Departamento del Petén en el norte de Guatemala.

Pero no todos los mayas tenían acceso al interior de dicho edificio. "Es como la pizarra de un erudito de nuestros tiempos, como un experto que deja sus apuntes en su oficina, o sea cálculos privados de un astrónomo, a lo mejor hasta de un rey", añade el experto alemán.

Confirmando el peritaje maya

El calendario maya más antiguo data del siglo VIII ó IX.
El calendario maya más antiguo data del siglo VIII ó IX.Imagen: Reuters/Tyrone Turner/National Geographic/Handout

Lo interesante de esta cronología astronómica es que hasta ahora no se conocían fuentes arqueológicas de este tipo tan antiguas. Hasta hace poco, se tenía el conocimiento de varios epígrafes mayas que señalan fechas calendáricas, pero todos datan de la época de la Colonia, en el siglo 16, poco después de la llegada de los españoles a Mesoamérica.

Según Lars Frühsorge, este nuevo hallazgo confirma otros documentos como, por ejemplo, el famoso Código de Dresde –nombre que se le da por el lugar en donde está depositado. Este código fue escrito a mano sobre papel y presenta cómputos parecidos a los del calendario más antiguo. "Para nosotros los investigadores, el valor de este descubrimiento radica en que ahora sabemos que ya varios siglos antes del Código de Dresde, los mayas, poseían este conocimiento científico. No es único y al parecer estaba más extendido de lo que creíamos," afirma Frühsorge.

Este nuevo calendario consiste en cálculos matemáticos y servía para predecir fenómenos astronómicos como la repetición de eclipses lunares o para conocer la órbita de planetas. Los jeroglíficos rojos y negros de Xultún miden apenas unos milímetros y datan aproximadamente del siglo 8 ó 9, hace alrededor de 1.200 años. Investigadores estadounidenses lograron rescatar estos epígrafes con el apoyo de la Asociación Nacional de Geografía (National Geographic Society).

El calendario maya se compone de tres sistemas: un calendario solar de 365 días, un calendario ritual y otro para datar fechas exactas. Con el calendario ritual, los mayas, podían predecir los días apropiados para realizar ciertas actividades, además, adivinaban el destino de las personas según su fecha de nacimiento. La cuenta larga, el tercer calendario, servía para datar todo tipo de sucesos y "parte de una fecha simbólica que marca la creación del mundo maya, parecido a lo que nosotros tenemos en el mundo cristiano-ccidental, cuando datamos todo a partir del nacimiento de Jesús", explica el director de la Asociación Mesoamericana.

Epígrafos de cómputo astronómico en el interior de una pirámide maya
Epígrafos de cómputo astronómico en el interior de una pirámide mayaImagen: Reuters/Tyrone Turner/National Geographic/Handout

No hay indicios del fin del mundo

Este nuevo calendario, tampoco da cuenta del fin del mundo, que los mayas supuestamente predicen para el mes de diciembre del 2012. "Se trata de la invención de esotéricos de los Estados Unidos y de Europa para llenarse las bolsas de dinero. Según el calendario maya simplemente empieza un nuevo ciclo, así como lo fue para nosotros el año 2000 y no existe ningún indicio de que los mayas jamás hayan creído en un fenómeno parecido al fin del mundo. Al contrario, hay epígrafes que demuestran que ellos hacían cálculos para un futuro lejano más allá de millones de años", dice Lars Frühsorge.