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¿De dónde viene el dinero de la Iglesia católica?

Andreas Grigo / José Ospina-Valencia20 de octubre de 2013

Solo en 2012 la Iglesia católica alemana recibió 5,2 mil millones de euros pagados por los contribuyentes. Sus aportes a proyectos en países pobres se cifran en 600 millones.

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Imagen: picture-alliance/dpa

El escándalo en torno al obispo de Limburgo acusado de gastar millones en lujos, ha puesto de presente que en Alemania ese dinero proviene de los impuestos pagados por todos los contribuyentes, además del impuesto eclesiástico pagado por los fieles.

Mientras en la mayoría de las comunidades católicas del mundo las Iglesias católica y luterana dependen de las donaciones de sus seguidores, en Alemania estas confesiones reciben del Estado grandes sumas del fisco. Las diócesis alemanas reciben así dinero de tres fuentes: de los fondos estatales, del impuesto eclesiástico percibido por las oficinas de declaración tributaria y de donaciones.



Con todo ello, las cuentas de la Iglesia católica en Alemania son difíciles de dilucidar, por decir lo menos. Sus entradas adicionales provienen de una confusa red de propiedades y derechos obtenidos hace siglos. La Iglesia católica tiene además un número aún no establecido de inmuebles, empresas y fundaciones. A lo anterior se agrega que las diócesis alemanas llevan una "doble contabilidad", una práctica que bajo la jurisdicción del derecho civil sería punible. Resultado: la Iglesia católica alemana es probablemente la más rica del mundo.

Adiós a quien no quiera pagar

"El especial sistema de cobro de un impuesto eclesiástico, como los existentes en Alemania y Austria es sui géneris en el mundo", dice Helmuth Pree, de la Universidad de Múnich. Los católicos y protestantes en Alemania tienen que pagar alrededor de un 9 por ciento de sus ingresos a sus Iglesias. Inmensas sumas de dinero que recauda el Estado para entregárselos a las diócesis. En 2012 solo la Iglesia católica recibió por este concepto unos 5,2 mil millones de euros.

En Italia, España y Hungría, por su parte, existe el llamado "impuesto de mandato" que compromete entre 0,7 y el 1,0 por ciento de los ingresos de los creyentes. Pero en estos países los ciudadanos pueden decidir si sus aportes deben ir a las arcas de los curas o a la financiación de obras sociales no confesionales.

En Polonia, empero, el régimen comunista abrió un fondo para retribuir a la Iglesia católica las expropiaciones ejecutadas por la misma dictadura. Un fondo que solo en 2012 creció a 21 millones de euros. Actualmente se debate allí si se introduce un impuesto "voluntario" del 0,5 por ciento de los ingresos con el que, en últimas, se recaudarían 33 millones de euros, anuales.



En la mayoría de los países del mundo, sin embargo, son los fieles los que pueden decidir voluntariamente si destinan parte de su salario para la Iglesia, cualquiera que sea. Estados Unidos, por ejemplo, "tiene un bien estructurado sistema de donaciones", agrega Markus Graulich, decano de la facultad de Derecho Canónico de la Universidad Salesiana de Roma. Allí la necesidad de los aportes voluntarios obliga a los prelados a mantener un estrecho contacto con sus comunidades.

Amor al prójimo “made in Europe”

Si bien la Iglesia católica recibe grandes cantidades de dinero, también es una de las que más apoya a comunidades en países pobres. Según la Conferencia Episcopal alemana, en 2012 fueron invertidos unos 600 millones de euros en proyectos sociales fuera de Alemania.

"Sesenta millones de euros de los aportes de las Iglesias alemanas a las comunidades pobres en el extranjero provienen del impuesto eclesiástico pagado por los contribuyentes", destaca Ulrich Pöner, director del departamento Iglesia Mundial y Migración de la Conferencia Episcopal, con sede en Bonn.

"No robarás", se refleja en la catedral de Limburg.
"No robarás", se refleja en la catedral de Limburg.Imagen: picture-alliance/dpa

Escándalo en la Iglesia Católica alemana