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Crisis afecta negociaciones sobre el clima

30 de marzo de 2009

Aunque no se esperan soluciones mágicas, la Conferencia sobre el Clima de la ONU en Bonn renueva esfuerzos para combatir el cambio climático. Pero la crisis económica global pone freno a un panorama demasiado optimista.

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La crisis económica no debe congelar la lucha contra el calentamiento global.Imagen: AP

Luego de la apertura de la conferencia sobre el clima en Bonn, durante la cual se espera allanar el camino hacia un nuevo acuerdo en Copenhague que sustituya al Protocolo de Kyoto en 2012, aumentan las expectativas de poder lograr avances significativos.

En especial se observa con gran interés la participación de EE.UU. y su nueva y más comprometida posición ante la lucha contra el cambio climático. Este es el primero de tres encuentros de 2000 expertos de 180 países, que se inició ayer y finaliza el 8 de abril.

Crisis climática y económica

El desarrollo de la rueda de negociaciones sobre el clima está influenciado sin duda por la crisis financiera internacional. El secretario ejecutivo de la Convención de la ONU sobre el Cambio Climático, Yvo de Boer, dijo a DW-WORLD que dicha crisis podría tener un impacto negativo en el esfuerzo de los países para combatir el cambio climático.

“Ciertamente, este no es el mejor momento para pedir dinero a los ministros de economía”, afirmó en la sede de las Naciones Unidas en Bonn. A causa de recortes presupuestarios para enfrentar la debacle, los gobiernos de muchos países no estarían en condiciones de invertir en proyectos de protección al medioambiente, dijo de Boer.

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Obama, portador de expectativas en la lucha contra el calentamiento global.Imagen: picture-alliance/ dpa

Por su parte, EE.UU. trae a la conferencia vientos de cambio. Según declaraciones del enviado especial del gobierno de Barack Obama, Todd Stern, EE.UU. ha cambiado radicalmente su política climática y quiere reducir el efecto invernadero en un 17 por ciento hasta el año 2020. Es claro que sin un compromiso más fuerte por parte de EE.UU., uno de los países que más gases invernadero produce, junto con China, un nuevo acuerdo no tendría sentido.


La euforia producida por Stern, sin embargo, no hará que la temperatura descienda o que los mares bajen. Como aclaró el mismo Stern, “los EE.UU. no tienen la varita mágica”. El fuerte compromiso anunciado por el gobierno estadounidense no será el único componente capaz de dirigir las negociaciones a buen puerto. Sólo un esfuerzo mancomunado podrá lograr un verdadero cambio.

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No se puede perder tiempo: las aguas suben.Imagen: picture-alliance/ dpa



Cambiar la economía para cambiar el clima

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Países industrializados deben dar el ejemplo.Imagen: AP

Según opina el secretario ejecutivo de la ONU, es posible combinar las actuales medidas económicas para combatir la crisis con medidas para proteger el planeta del cambio climático. Citó como ejemplo a EE.UU., que está invirtiendo grandes recursos en fuentes de energía renovables, creando empleos en esa área. “En ese caso, la creación de empleo va unida a un impulso a energías alternativas”, dijo.

De Boer ve también un signo positivo en los incentivos a la industria automotriz. “Esa ayuda debe producir los vehículos del futuro y no los del pasado”, enfatiza, refiriéndose a la fabricación de automóviles que contaminen menos y consuman menos energía.

En la sede de la ONU en Bonn, de Boer elogió al presidente Obama, que trajo de vuelta a EE.UU. a la mesa internacional de negociaciones. Además, aclaró que son los países ricos los que deben tomar la iniciativa en los acuerdos. Según él, los países pobres sólo apoyarán un nuevo pacto climático mundial si perciben que los países ricos tienen metas claras para disminuir las emisiones.

Es necesario un mayor compromiso de los países ricos

Los países industrializados se ven ante un gran desafío, ya que deberían ser capaces de reducir la emisión de gases invernadero en un 25 a 40 por ciento hasta 2020. Esto permitiría que durante este siglo el calentamiento global no pase de los 2 grados centígrados.

Dichos objetivos, a pesar de ser de extrema urgencia, como confirman estudios científicos sobre glaciares en deshielo, el aumento del nivel del mar y catástrofes climáticas como extrema sequía o inundaciones, aún son objeto de negociaciones por parte de los gobiernos. Los países en desarrollo, afectados por la crisis, no quieren presionar aún más a sus economías. Por ello, el camino hasta Copenhague no será fácil. EE.UU. quiere que países como China, Brasil e India también cumplan con sus obligaciones para la protección del medioambiente.

En Alemania, el Ministro de Medioambiente, Sigmar Gabriel, exigió mayores esfuerzos de parte de EE.UU. para combatir el cambio climático. Según Gabriel, aún bajo el gobierno de Barack Obama, EE.UU. persigue objetivos que son “insuficientes para la Comunidad Internacional”. El Ministro espera de Obama “la disposición a comprometerse con objetivos mayores a los que tuvo EE.UU. hasta el momento”. Alemania se comprometió a reducir la emisión de gases invernadero en un 21 por ciento hasta 2012. Según la Oficina de Medioambiente, se logró reducir las emisiones en un 23 por ciento ya en 2008.

Autora: Cristina Papaleo
Editora: Claudia Herrera Pahl