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Crimea es "el principio del fin de Putin"

Anastassia Boutsko (jc)25 de marzo de 2014

Su thriller “Akimaden” tiene un claro paralelismo con los acontecimientos actuales en la península de Crimea. En entrevista para la DW, el escritor ruso Victor Erofeyev analiza la situación en la península.

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Schriftsteller Viktor Jerofejew
Imagen: imago/ITAR-TASS

El escritor ruso Victor Erofeyev ha descrito en su novela “Akimuden” un escenario que es casi una profecía a la vista de los acontecimientos acaecidos en la Península de Crimea. En su libro, Rusia declara la guerra a un país desconocido y conquista un área que no existe. Todo esto conduce a un patriotismo eufórico.

DW: Crimea no es para usted sólo un tema literario. Usted tiene también una relación directa con la península, puesto que es dueño de una casa allí. ¿Cómo valora la situación actual en la zona?

Victor Erofeyev: Esta situación es para mí otra prueba de vida. A mi modo de ver, Crimea es un lugar de la cultura rusa. En el pueblo de Koktebel me he encontrado a mí mismo. ¿Por qué? Debido a que muchos otros escritores rusos como Andréi Bely, Marina Tsvetaeva, Anna Ajmátova, Mijaíl Bulgákov, Ósip Mandelshtam, Alekséi Tolstói y, naturalmente, Maksimilián Voloshin han estado allí escribiendo sus obras. Es una tierra de conflictos y reconciliación. Para mí, Crimea tiene la capacidad de proporcionar una idea común para los rusos. Pero esto que está ocurriendo en Crimea es una agresión abierta incomprensible para el derecho internacional. Simplemente marcharon hacia allí. Algo así sencillamente no se hace.

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Soldados rusos en la Península de Crimea.Imagen: Reuters

¿El tema es, obviamente, muy doloroso para usted?

Naturalmente. Entre otras cosas, porque mi hija es medio ucraniana. Acabamos de empezar a envenenar las relaciones entre Rusia y Ucrania. Para la gente en Ucrania, la integridad territorial es una parte esencial de la mentalidad de Estado. Si yo fuera un escritor ucraniano, estaría profundamente conmocionado. Como ruso estoy sólo asustado. No, porque no sienta ningún dolor –me siento bastante dolido-, sino porque no me siento directamente presionado.

Un escritor ruso también podría tener muchas razones para estar horrorizado.

Estoy consternado por la propaganda en la televisión. Nunca en mi vida había visto y oído tantos engaños y tantas mentiras. Las imágenes se manipulan de forma que los eventos se muestran de forma incorrecta. Tan grave como cuando los tanques soviéticos rodaron por Checoslovaquia, incluso durante la guerra soviética en Afganistán o la crisis de Cuba. Para mí es difícil vivir en un país que miente a su propio pueblo.

La Península de Crimea tiene aproximadamente dos millones de habitantes. Si uno se cree los resultados del referendo, entonces quiere decir que la mayoría de la población se ha manifestado a favor de pertenecer a Rusia. ¿Es a sus ojos legítima esta votación?

Creo que este referendo en Crimea es absolutamente ilegítimo. Sin embargo, es entendible que la población quiera romper de alguna manera con lo establecido. En primer lugar, existen vínculos históricos entre la península y Rusia. Segundo, se puede criticar a Ucrania por lo poco que ha hecho por Crimea. Además, el conflicto de Crimea ha estado en parte sostenido por personas fuertemente influenciadas por la mentalidad soviética, que aún tienen una cierta nostalgia por la URSS. Esos, desde luego, no han pensado mucho en lo que va a pasar a continuación. Sus hijos tendrán que servir en el ejército ruso, su libertad de expresión, la de reunión y otras libertadas les serán restringidas, ya que en Rusia este tipo de prácticas democráticas no son realmente atendidas. Lo que es seguro es que se han adherido a un sistema de Estado en el que hay menor libertad y menos derechos. Creo que los residentes de Crimea se dejaron guiar por una inocencia que a su vez es útil para muchas personas en Rusia. Nuestra situación actual se la debemos a esa buena fe. Creemos que las leyes no son importantes. SI queremos algo, simplemente lo hacemos. Lo que demuestra que aún no hemos llegado al siglo XXI.

El ministro de Exteriores de EE. UU., John Kerry, opina que Putin actúa como un gobernante del siglo XIX.

Uno puede comparar a Putin con un relojero que manipula el tiempo. Hoy ofrecemos relojes para el siglo XXI, mañana para el siglo XVIII. Nuestro principal problema es la increíble falta de madurez política. Mientras no seamos capaces de deshacernos de esta inmadurez, no lograremos cambios importantes.

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El presidente ruso, Vladimir Putin.Imagen: Reuters

Con su novela Akimuden ha demostrado que es capaz de predecir el futuro. ¿Cuál es su pronóstico para Crimea?

Crimea es un lugar peligroso para los gobernantes rusos. La invasión de Crimea es el principio del fin de Putin.

¿Por qué? Sus números en las encuestas son mejores que nunca.

Una persona que viola las fronteras de un país extranjero rompiendo al mismo tiempo el derecho internacional y sus promesas, se va tropezar consigo mismo. Unir todos los territorios rusos no es un enfoque con perspectivas de futuro. Con tales actos torpes e ilegales no se puede construir un país. Por no mencionar el hecho de que tales enfoques proporcionan argumentos a los países que desean desarrollar y tener sus propias armas nucleares.

Bloggers ucranianos creen que Putin concilia al pueblo ucraniano a través de su política. ¿Qué aspecto va a tener esa identidad ucraniana?

Creo que la nación ucraniana ya tiene una identidad. Yo lo describiría como un “hedonismo cómodo”. Con esto me refiero a la capacidad de disfrutar de la vida, del trabajo, al mantenimiento del patrimonio cultural y a la apreciada atención que se concede a la familia. Por supuesto que la población se acerca tras la invasión rusa. Me entristecería mucho que esta nación se construyera alrededor del odio. Pero parece que la historia quiere que sea así.

Entrevista por Anastasse Boutsko.