Criaturas luminiscentes

En la exposición Taiwan Aquarium Expo 2014, en Taipei, se pudieron ver, entre otros, estos ejemplares del pez Pterophyllum scalare, criados y dotados especialmente de la capacidad de producir luz a través de tecnología transgénica.

En la exposición de Taipei es posible ver al Amatitlania nigrofasciatus, también de cultivo transgénico. Pero no todos los peces capaces de producir luminiscencia son producto de la tecnología genética. En la naturaleza hay sobrados especímenes que producen su luz de manera natural.

La medusa comienza a producir luz cuando es objeto de un estímulo mecánico, por ejemplo, a través de las turbulencias del agua. Los expertos hablan de “bioluminiscencia”, o capacidad de un organismo de volverse luminoso por sí mismo o con la ayuda de ciertas bacterias. Esa capacidad es característica, sobre todo, de numerosos animales marinos.

También los animales unicelulares pueden producir luz, como este Dinoflagellat, que forma parte del plancton submarino. Las deformaciones de su membrana celular, provocadas por el oleaje o por peces que nadan a gran velocidad, desatan el mecanismo de defensa de estos unicelulares, que, de ese modo, logran confundir a sus potenciales enemigos.

El ejemplo más conocido de organismos luminiscentes son las luciérnagas, cuyo órgano lumínico produce “luciferina”, una sustancia que reacciona químicamente al entrar en contacto con el oxígeno del aire. Así es como se vuelven luminosas. Las luciérnagas macho y las luciérnagas hembra se comunican a través de señales luminosas.

También algunos peces que viven en los océanos poseen órganos lumínicos, como este pez hacha. Ciertos animales submarinos cuentan con esa herramienta para poder orientarse mejor en las oscuras profundidades del mar, además de atraer a sus presas de ese modo.

También el Photostomias guernei, de la familia de los Stomiidae, un pez de mar y de aguas profundas que vive entre 1.100 y 3.100 metros de profundidad, puede emitir luz de color rojo, algo bastante inusual para un pez. Los otros peces no logran captar su luz.

Por lo general, los ratones no emiten luz, pero en el laboratorio, los investigadores pueden hacer que sus células produzcan proteínas fluorescentes, la que normalmente se encuentra en algunos tipos de medusas. El cuerpo del ratón de laboratorio se ve de color verde bajo luz azul, pero su pelaje continúa viéndose de color blanco.

En teoría, la tecnología puede lograr que cualquier animal emita luz con fines científicos. Un instituto de investigación de Uruguay, por ejemplo, creó estos corderos, que emiten luz amarilla cuando se los ilumina con rayos ultravioleta.