En la Edad Media, la bella Constanza acogió un acontecimiento histórico. En 1414, el orbe cristiano se reunió en el Concilio de Constanza. Ya entonces se apreciaba el idílico emplazamiento de la ciudad a orillas del lago del mismo nombre. Hoy, ese privilegio lo disfrutan, sobre todo, estudiantes de todo el mundo. Aprenden su futura profesión en la prestigiosa Universidad de Constanza y contribuyen con su forma de vida al ambiente relajado que envuelve la ciudad.
A ello se añade el microclima casi mediterráneo que hay a orillas del lago Constanza. La primavera llega aquí antes que al resto de Alemania. Dos millones de turistas vienen todos los años para disfrutar de la espléndida vegetación de Mainau, "la isla de las flores". La familia del conde Bernadotte reside en el palacete barroco de la isla.