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Transplantaciones de órganos

Pablo Kummetz23 de febrero de 2012

La mayoría de los alemanes valora el transplante de órganos; pero pocos llenan el formulario para obtener una credencial. Un nuevo movimiento en las escuelas busca estimular el análisis del tema, pero deja fuera algunos

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Imagen: picture-alliance/dpa

Al ministro alemán de Sanidad, Daniel Bahr, le gusta mostrar con orgullo su credencial de donante. “La tengo desde hace mucho tiempo”, dice con expresión seria, “no desde que soy ministro de Sanidad.” El tema le es importante y eso no puede sorprender: doce mil personas en Alemania están a la espera de la donación de un órgano, y según las estadísticas, cada ocho horas muere una persona que se habría podido salvar con un transplante.

Frente a esta situación el ministro presenta un DVD informativo elaborado por una compañía de seguros médicos alemana y la Central Federal de Educación Sanitaria (BzGA). Su propósito es sensibilizar a alumnos del 9° grado en adelante sobre el tema. “No queremos obligarlos; pero sí convencerlos de que conviene hacerlo. Es importante discutir y analizar el tema de la donación”, resalta Bahr, y agrega que nunca es demasiado pronto para comenzar con ello.

Canciones muy “cool” para alentar la disposición a donar

La trama principal de la película dura 20 minutos y es presentada por dos jóvenes y populares músicos, la cantante Nele y el rapero Bo Flower, quienes también han contribuido con composiciones musicales sobre el tema. “Te regalo mi corazón” de pronto adopta un significado muy distinto. “Los jóvenes quieren un discurso objetivo con componentes emocionales”, dice Elisabeth Pott, directora de BzGA. En el video aparece una persona salvada que platica con alumnos: “…aquí aparezco como víctima, tengo tres años viviendo con un corazón ajeno”. Familiares de un fallecido también afirman que están muy contentos de haber podido tomar libremente la decisión de autorizar la donación de los órganos.

Los alumnos aprenden que en Alemania con 14 años ya pueden pronunciarse en contra y con 16 a favor de la donación de órganos. Se les enseña que solo aquellos, a quienes se les confirme una muerte cerebral, se considerarán ser donantes de órganos. Los creadores del DVD subrayan que todo se plantea de manera muy neutral; pero de forma sutil igualmente se les sugiere que soliciten y obtengan su propia credencial de donante.

Campaña informativa

La campaña informativa quiere alcanzar dos metas que van más allá de la necesidad médica. Por un lado, se busca convencer a la mayoría de los alemanes de que se solidaricen completamente con las donaciones. Por el otro, el ministro de Sanidad favorece la acción de los seguros médicos para dirigirse de manera directa a los ciudadanos y así obtener directamente el consentimiento para las donaciones. Se trata de romper con las barreras de miedo y prejuicios que aún se encuentran bastantes generalizados en la población. El DVD menciona algunas de ellos: el temor de que los órganos terminen en manos de la mafia o de que los doctores los extraigan de manera sumamente precipitada. A ello el material didáctico responde con un claro “no”.

Preguntas abiertas acerca del término “muerte cerebral”

La discusión sobre el tema no acaba con los planteamientos anteriores. Una de las preguntas más fascinantes relacionadas con las técnicas del transplante no aparece en el DVD. Jurídicamente una persona es considerada fallecida cuando le ha sido diagnosticada la muerte cerebral. Esta es la primera condición para que, a fin de cuentas, se pueda extraer un órgano.

Pero, ¿se puede equiparar la muerte cerebral con la muerte de un ser humano? La mayoría de los médicos responderían afirmativamente esta pregunta, porque al final es un estado irreversible y la interacción con el entorno, como la conocemos, ya no es posible. Sin embargo, el cuerpo está caliente y las células se siguen dividiendo.

El filósofo Ralf Stoecker, catedrático de ética aplicada en la Universidad de Potsdam, afirma que la pregunta no se responde con simples declaraciones como “estar muerto” o “estar vivo”. “Aquí hablamos de un estado que no corresponde, a nuestro entender, ni al de la muerte ni al de vida”. Según Stoecker, alguien con muerte cerebral y con un cuerpo que sigue funcionando, está vivo en un aspecto y en otro no.

Autor: Heiner Kiesel/Gabriel Domäinguez
Editor: Pablo Kummetz