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Comentario: Irán, el EI y el enemigo de mi enemigo

Matthias von Hein (DZC/EL)3 de diciembre de 2014

La lucha contra el EI no es lo único que vincula a Irán con Occidente. Los puntos en común son un capital político aún sin explotar. Sería bueno tomar ventaja de ello, opina Matthias von Hein.

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El presidente de Irán, Hassan Rohani.
El presidente de Irán, Hassan Rohani.Imagen: Getty Images

“El enemigo de mi enemigo es mi amigo”. Así dice uno de los principios de la política. Dentro de esa lógica, Irán quedaría muy bien en la lista de invitados a Bruselas, donde representantes de casi 60 países se reunirán, a instancias de Estados Unidos, para debatir los pasos a seguir en la lucha contra el Estado Islámico. Claro, porque Irán también lucha contra el EI con aviones de combate. Estados Unidos lo ha confirmado en un comunicado a los medios, mismo que Irán ha desmentido. Esto confirma que en las movedizas arenas de Oriente Medio nada es tan fácil como sugiere el lema. También puede ser que el enemigo de mi enemigo se convierta en el enemigo de mi amigo.

En concreto, Irán comparte con Occidente, y de hecho con toda la comunidad internacional, la enemistad con el Estado Islámico. Pero la República Islámica es también enemiga de Israel y Arabia Saudita, ambos muy amigos de Estados Unidos. Al mismo tiempo, Irán es también amigo del enemigo. En concreto, Bashar al Assad, quien con ayuda rusa y especialmente iraní sigue en el poder en Siria, pese a la guerra civil que enfrenta desde 2011. Y algunas veces los estados también pasan de ser amigos a enemigos. Los aviones con los que Irán estaría bombardeando las posiciones del EI son, para darle sabor a todo esto, de origen estadounidense. Se trata de F4-Phantom entregados a Irán por Washington en los tiempos en que el shah aún era amigo de Estados Unidos.

Influencia iraní en Irak

Hay muchos indicios de que Irán, en efecto, ha utilizado sus aviones para atacar a la milicia yihadista. Desde hace años, Teherán trabaja en mejorar su influencia en Irak. Por ejemplo, sus Guardianes de la Revolución tienen una unidad especial para operaciones en el extranjero, las brigadas Al-Kuds. Pues bien, su jefe fue fotografiado en Irak en el verano. Las razones para el compromiso iraní con claras: el auge del EI pone en riesgo su influencia en Irak. Además, los radicales sunitas han amenazado con destruir algunos santuarios religiosos de los chiitas. Para el Irán dominado precisamente por los chiitas, eso sería perturbador. Después de que en junio la segunda mayor ciudad de Irak, Mosul, fuera tomada por el EI, pasaron dos meses hasta que Estados Unidos llegara a ayudar a su aliado iraquí con bombardeos aéreos. Los iraníes no se hicieron de rogar tanto tiempo. Rápidamente enviaron armas y asesores militares para marcar territorio.

Una carta, una amenaza

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ha reconocido que no es posible obviar la importancia de Irán en la región, visto los muchos problemas de Oriente Medio, la relativa estabilidad del país y su influencia en los países vecinos. Por ello, a mediados de octubre Obama escribió la que fue ya su cuarta carta al líder supremo iraní, el ayatolá Jamenei. En ella, el presidente estadounidense aseguraba que los ataques aéreos de su fuerza aérea no buscaban debilitar la posición de Teherán en la región, al tiempo que mostraba su discrepancia con la cercanía entre Irán y Al Assad. Y además puso sobre la mesa la necesidad de una cooperación en la lucha contra el EI.

Todo se enreda, sin embargo, a la hora de buscar un acuerdo en la disputa nuclear entre Occidente e Irán, algo que a comienzos de diciembre aún no ha ocurrido. Los bloqueos políticos tanto en Washington como en Teherán son demasiado grandes. Los conservadores persas evitan cualquier acercamiento a Estados Unidos. Por su parte, los halcones estadounidenses y sus aliados en Israel y Arabia Saudita quieren tratar a Irán como un paria aislado que amenaza la paz del mundo.

Alumnos estadounidenses en el gabinete

Esto lleva a que, por el momento, haya dos campañas militares paralelas contra el EI: una liderada por Irán y otra por Estados Unidos y sus aliados. Ambos lados dan enorme importancia al hecho de que no existe cooperación ni acuerdos entre ambos. Se puede deducir, en todo caso, que el gobierno de Bagdad está en las sombras, mediando entre ambas partes.

Medio Oriente es demasiado importante e inestable como para que los jugadores principales de la región no dialoguen entre ellos. Sería hora de que Irán se moviera y pusiera en su lugar a los fundamentalistas. Para ello sería necesario que el líder supremo Jamenei tomada medidas. Quizás debiera tener presente que en el gabinete iraní hay personas que no ven a Washington como el “gran Satán”. Es una ironía del destino que siete de los ministros iraníes hayan estudiado en universidades de elite de Estados Unidos. En ningún otro gabinete del planeta, salvo el de Estados Unidos mismo, hay sentadas más personas graduadas en ese país.

Matthias von Hein, de la redacción de DW.
Matthias von Hein, de la redacción de DW.Imagen: DW