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Comedores escolares, ante exigencias religiosas

Anne Allmeling/ Ariana González Galindo5 de febrero de 2013

Estudiantes de cualquier confesión religiosa deben poder sentarse juntos a la mesa sin fallar a sus creencias. En Alemania, una nueva guía alimentaria ofrece consejos a los comedores escolares para hacerlo posible.

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Imagen: picture alliance/JOKER

Espagueti con salsa boloñesa, pollo con salsa de crema y milanesa de cerdo con papas fritas: esos son los platos favoritos en los comedores escolares. Pero por motivos religiosos, lo que algunos estudiantes comen con gusto, no entra enconsideración para otros.

Una escuela en Betzdorf, Renania-Palatinado, ha experimentado qué tan controvertido puede ser el menú de un comedor escolar. Una maestra sirvió por equivocación carne de puerco a estudiantes musulmanes. Los padres se quejaron, el caso se hizo público y tomó grandes dimensiones.

Los preceptos alimentarios de las religiones son la razón por la que la comida en las escuelas es tan difícilmente exitosa, explica Johanna-Elisabeth Giesenkamp. No hay estudios detallados que lo comprueben, “pero hay estudios que llegan a la conclusión de que las exigencias culturales y religiosas no son tomadas en cuenta en los comedores de las escuelas”, dice la nutricionista y experta en el hogar de la universidad de Osnabrück.

Considerar la religión

Una de cada dos escuelas en Alemania debe ofrecer alimentos a sus estudiantes. Los requisitos alimentarios de las diferentes religiones son raramente considerados por los comedores. “Muchos no saben con exactitud lo que pueden ofrecer a quienes, por ejemplo, profesan la fe musulmana”, dice Giesenkamp. “Entonces, simplemente dejan de servir carne de cerdo”. Y eso también lleva a discusiones, pues otros estudiantes se quejan cuando algunos platillos desaparecen del menú por largo tiempo.

Cada vez más escuelas alemanas se extienden a jornada completa.
Cada vez más escuelas alemanas se extienden a jornada completa.Imagen: picture-alliance/dpa

Johanna-Elisabeth Giesenkamp se dedicó, como parte de un proyecto de investigación, a desarrollar menús que respetaran los diferentes requisitos religiosos – y escribió junto a otros autores una guía alimenticia. El resultado: los platillos que todos los grupos religiosos aceptan vienen normalmente de la cocina vegetariana. Comidas como el guiso de verduras son igualmente aceptadas entre musulmanes, judíos, budistas, hindúes y cristianos. Por otro lado, sólo servir alimentos vegetarianos sería contraproducente, agrega Giesenkamp.

Gran interés por parte de los comedores escolares

El objetivo de la nueva guía alimentaria es tomar en cuenta los requisitos religiosos más importantes y compararlos, para después observar cómo podrían combinarse. “Asumimos que las personas que van a leer el libro tienen conocimientos culinarios, pero no religiosos”, aclara Giesenkamp. La guía alimentaria, que será publicada a mediados de febrero, detalla a través de varios ejemplos de menús y sugerencias, cómo podría verse una cocina en la que se trabajara considerando las diferentes prohibiciones y normas alimentarias. Las reglas judías para los alimentos exigen diferentes utensilios para los lácteos y los productos cárnicos, ya que éstos no pueden ingerirse juntos.

Los platos vegetarianos son los aceptados por todas las religiones.
Los platos vegetarianos son los aceptados por todas las religiones.Imagen: picture-alliance/dpa

El interés en la guía alimentaria para comedores escolares es enorme, dice Giesenkamp. Esto se debe al creciente número de escuelas de jornada completa en Alemania, las cuales deben ofrecer un almuerzo a sus alumnos. Gisenkamp espera que el variado menú lleve a los estudiantes a desarrollar interés hacia las diferentes culturas y a querer conocerlas a fondo.

La comida no será más barata con el nuevo menú, sino que, por el contrario, Giesenkamp teme que los costos suban: “Hasta ahora tenemos poca experiencia. Pero la carne que exigen las normas musulmanas y judías es más cara, lo que obviamente afecta el costo final”, dice la nutricionista. “Pero sabemos de una escuela en Osnabrück que ha tomado en consideración los mismos requisitos y en la que los costos no fueron tan altos finalmente.”

Autora: Anne Allmeling/ Ariana González Galindo

Editora: Cristina Papaleo