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Colombia: un largo y accidentado proceso de paz

José A. Gayarre30 de julio de 2014

Tras los recientes atentados, el presidente colombiano apuntó a la posibilidad de terminar con el proceso de paz con las FARC. Según expertos, una posición un tanto precipitada.

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Imagen: Getty Images/Luis Robayo/AFP

Desde hace más de año y medio, las Fuerzas Armadas Revolucionarias Colombianas (FARC) y el Gobierno del país negocian un tratado de paz para terminar con el conflicto activo interno mas antiguo de Latinoamérica. Ahora, antes del comienzo del segundo mandato del presidente, Juan Manuel Santos, y tras una campaña electoral marcada por posiciones contrarias al proceso de paz, los últimos acontecimientos amenazan la salida negociada.

Sobre todo, después del atentado a la línea de alta tensión en la ciudad de Buenaventura, que dejó sin suministro eléctrico a 400.000 personas. Refiriéndose al ataque, el presidente advirtió en un acto público de la escalada de violencia en los últimos meses: “Ustedes continúan con eso, pues están jugando con candela y este proceso puede terminar, porque no puede seguir indefinidamente en esta situación porque el pueblo colombiano se confunde y no entiende”, afirmaba el mandatario calificándolo como un acto “sin sentido".

El presidente también habló de actos de terrorismo refiriéndose a los ataques perpetrados en las semanas pasadas a infraestructuras como puentes o líneas eléctricas. Para Santos, la continuación del proceso pasaría por el desarme de la guerrilla: “No sería posible llegar a algo sin el desarme. Sería absurdo”, enfatizaba.

Juan Manuel Santos, presidente de COlombia.
Imagen: Reuters

¿Lejos del final del conflicto?

Para el Gobierno colombiano, estos actos complican los esfuerzos realizados por lograr la paz. Los recientes atentados podrían provocar un giro y dinamitar el proceso, al tiempo que el recién elegido Parlamento podría adoptar una posición más dura ante las negociaciones con las FARC.

Sin embargo, la investigadora para la paz Soledad Granada, de la Universidad de Hamburgo, cree que el proceso continuará y considera las declaraciones de Santos como algo precipitadas. Sobre todo tras vencer en unas elecciones cuyo resultado reforzó la unidad y la legitimidad para el proceso de paz, apunta la experta: “Creo que es un poco irresponsable y que no se ha negociado dentro de la mesa. No justifico los atentados y creo que debe haber una respuesta del gobierno, pero es peligroso decir eso”.

Una opinión similar defiende Susanne Breuer, responsable para Latinoamérica de la Organización de Ayuda Misereor en Berlín, apuntando que la vía del proceso todavía tiene suficiente espacio a pesar del avance de la influencia de la oposición. Ante todo todo, ambas destacan un gran problema: no haber acordado un alto el fuego antes de comenzar las negociaciones. Al igual que las FARC continúan actuando, también el Gobierno continúa con la persecución militar.

Un proceso largo

Kolumbien FARC
Representantes de las FARC en los diálogos de paz de la Habana.Imagen: picture-alliance/dpa

Pese a haber conseguido éxitos puntuales, el proceso no se consideraría cerrado y vigente hasta no haber terminado las negociaciones sobre todos los puntos básicos: Reforma agraria, reducción de la cultivo de drogas, compensación de víctimas, final del conflicto e inclusión en la política de antiguos grupos armados.

Ahora, conseguir esos acuerdos será un reto para los participantes con una oposición que podría frenar pactos en el proceso de paz. Incluso aun contando con la mayoría, la coalición de la Unidad Nacional de Santos tendrá que mantener la disciplina de partido, además de lidiar con el Centro Democrático. En este sentido, Santos quiere demostrar una posición fuerte ante los medios, opina Breuer: “Está en una posición difícil y necesita mostrarse fuerte ante la sociedad colombiana” .

Pero este proceso es mucho más largo que las negociaciones en la Habana, continúa la experta: “El primer paso sería alcanzar un tratado de paz y un alto el fuego. Puesto que si no se logra ahora que ya se ha llegado tan lejos, pasaran muchos años hasta tener otra posibilidad. La gente desconfía de las FARC pero saben que el acuerdo es la única vía para comenzar un auténtico proceso de paz. Por eso, llegar a un acuerdo en la Habana sería el primer paso. Por supuesto con un alto el fuego”.