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China amplía su huella económica y política en América Latina

24 de julio de 2009

Durante la cumbre del Mercosur, los líderes del bloque debaten sobre si mantener el dólar como divisa de referencia. Mientras que Estados Unidos pierde influencia en la región, China avanza rápidamente.

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El presidente boliviano, Evo Morales, de visita en Pekín en el 2006.Imagen: dpa

La noticia ya tiene semanas. Brasil, el gigante latinoamericano, anunció que China había eclipsado por primera ver a Estados Unidos como socio comercial más importante durante los primeros seis meses de 2009. Pese a la crisis económica global, las importaciones chinas provenientes de Brasil aumentaron en un 40%. En abril de 2009 China superó a Estados Unidos por el volumen de su intercambio comercial. Pero todavía estará por verse si la tendencia se mantiene hasta finales de año.

La expansión china, que ha superado la presencia de Estados Unidos, tiene que ver con la crisis económica, por lo que se estima que una vez superada la crisis, el vecino norteamericano recuperará su posición de liderazgo en las relaciones comerciales con Brasil. Sin embargo, la actual situación refleja el creciente avance de China en el continente.

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Cosecha de café en Brasil.Imagen: dpa - Report

Comercio y materias primas

Kerry Brown, experto sinólogo en el Think Tank británico Chatham House, afirma que las relaciones chinas con América Latina siguen un patrón similar al de África. “Los intereses primordiales de China en América Latina son el comercio y las materias primas”.

“Los negocios son prioritarios para China”, coincide Hanns Guenther Hilpert, un experto en Asia del Instituto alemán para Asuntos Internacionales y de Seguridad. “En la promoción de sus relaciones exteriores, China siempre toma en cuenta el expander sus negocios y aumentar el desarrollo del país”, explica el experto.

Al igual que en África, Pekín tiene interés en los recursos energéticos y materias primas de América Latina y se ha convertido en un gran importador de metales como bronce, acero, oro, así como de petróleo latinoamericano. “Es un gran mercado de exportación para China, que se está convirtiendo en el principal proveedor de productos industriales en la región”, afirma Hilpert.

Desde productos electrónicos hasta automóviles, cada vez más productos tienen el sello “made in China”. “Incrementando sus exportaciones en América Latina, Pekín busca una diversificación para no depender ni de Estados Unidos ni de la Unión Europea”, afirma Hilpert.

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Estudiantes chinos durante una visita a China de la canciller alemana, Angela Merkel.Imagen: AP

No sólo negocios...

Pese al claro enfoque en los negocios, la economía no es lo único que interesa a China. “Por supuesto que buscan algunos intereses políticos”, afirma Brown. “Pekín busca un reconocimiento internacional de su soberanía sobre Taiwan y hacen de esto una condición antes de tomar una decisión de inversión. Taiwan tiene relaciones bilaterales con algunos países centroamericanos y con Paraguay, pero China intenta aislar a Taiwan y a los países que reconocen la soberanía taiwanesa.

“China también intenta avanzar en su principio de no interferencia en asuntos internos, incluyendo los Derechos Humanos, y busca aliados entre los países latinoamericanos”, señala Hilpert.

“Los chinos también intentan ganar influencia a través del llamado poder suave, la cultura, abriendo muchos “Institutos Confucio” en el subcontinente.

“Pero no todo está perdido para los países occidentales”, como lo formulara el escritor argentino Andrés Oppenheimer en una columna del Miami Herald. “Las inversiones directas estadounidenses en América Latina en el 2007 alcanzaron un valor de $ 350.000 millones de dólares, mientras que las inversiones directas provenientes de China sumaron en el mismo períodos $ 22.000 millones”.

Barbie-Puppen in einem Geschäft in Peking
Muñecas Barbie "Made in China".Imagen: AP

No todos se benefician

“Incluso si las inversiones chinas, que son destinadas a la infraestructura como trenes y puentes para transportar materias primas a los puertos, continúan en el actual nivel, les tomará a los chinos décadas alcanzar a los americanos”, escribe Oppenheimer.

No todos se benefician de la presencia de China y sus negocios. “Hay sentimientos encontrados, sobre todo en lo relacionado a las industrias de extracción”, advierte Hilpert. “Estas industrias no han contribuido mucho en el bienestar de la población, así que sólo una minoría se beneficia de los negocios con China, por supuesto las capas de la población más empobrecidas y la clase media no tienen gran interés en China como lo tienen las élites latinoamericanas”, concluye Hilpert.

Autor: Michael Knigge/ EU

Editor: José Ospina Valencia