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Capriles y Chávez: una batalla de ingenio

Lydia Aranda Barandiain24 de septiembre de 2012

La dialéctica de ambos candidatos a la presidencia de Venezuela es afilada y mordaz. Chávez trata de atraer los más jóvenes, algo que también intenta Capriles, y ambos se apoyan en su particular estrategia verbal.

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Imagen: picture-alliance/dpa

El próximo 7 de octubre se celebran elecciones presidenciales en Venezuela, y tras 14 años de gobierno de Hugo Chávez, la población está dividida entre una continuación del modelo bolivariano y un cambio hacia el gobierno de corte socialdemócrata representado por Henrique Capriles. La última encuesta publicada por el partido de Chávez indica que el actual gobernante sigue manteniendo una amplia ventaja de votantes respecto al nuevo candidato, y Chávez incluso ha afirmado personalmente que “hasta las piedras saben” quién va a ganar. Capriles no está tan seguro de ello. Al fin y al cabo, en sus propias palabras, no se trata de lo que sepan las piedras, sino de lo que quiera el pueblo.

Las batallas dialécticas en la campaña electoral de Venezuela son una muestra de las diferentes concepciones políticas de ambos candidatos, y por su estilo mordaz logran sin duda acaparar gran interés entre el público hispanoparlantes. Componentes habituales son los comentarios con un toque de efecto que crean un cierto grado de expectación en la gente para ver qué se les ocurre de nuevo a los candidatos.

“Perlas” para todos

Durante un mitin en la región andina de Trujillo el pasado 22 de septiembre, Chávez describió a Capriles como un “burgués imperialista” que quiere “esclavizar” a un pueblo que él liberó con la revolución bolivariana. Capriles sostuvo en una concentración este mes: "No hay ninguna diferencia entre ustedes y yo, por eso quiero que me ayuden a ser el presidente más joven de la historia de Venezuela".

Hugo Chavez
Hugo Chávez es una fuente inagotable de ataques verbales.Imagen: Reuters

Chávez ve en la juventud de Capriles una amenaza capaz de quedarse con el sector demográfico más jóven de Venezuela, un total de unos 20 millones de votos, según cálculos de Reuters. En respuesta, el actual presidente lanza una campaña en la que se lo ve jugando al baloncesto, cantando rap e interactuando con los jóvenes. Además, organizó eventos en zonas conflictivas de Caracas para animar a los habitantes a alejarse de las drogas y las armas. Y recuerda que la tasa de homicidios en el estado norteño de Miranda casi se duplicó a 79 por cada 100.000 habitantes durante la gestión de Capriles como gobernador de la región. "No ha hecho nada porque no le importa nada el pueblo. Anda hablando de que él va a arreglar ese problema en Venezuela como lo arregló en Miranda. Vaya mentiroso, irresponsable", espetó Chávez en un mitin masivo el pasado mes de julio, en ocasión de su 58 cumpleaños.

Capriles no se queda de brazos cruzados ante la vehemencia de Chávez. Ayer mismo se burlaba sin contemplaciones en un mitin atendido por DPA: "Ellos quieren garantizar la paz planetaria y no sabemos si después quieren ir a Marte. Nuestra revolución es que nuestro pueblo tenga seguridad, transporte, carreteras, empleos, buenas escuelas, universidades, lo demás es cháchara ".

Movilización con palabras

En países como Alemania, donde el comentario más agudo que se ha oído sobre Angela Merkel es, probablemente, que actúa “como una zarina” (según su compañero de partido Josef Schlarmann el pasado agosto), este tipo de estrategias electorales no dejan de asombrar.

Venezuela Kandidat Henrique Capriles Radonski
Henrique Capriles sabía a qué se enfrentaba, y ha demostrado estar al nivel.Imagen: picture-alliance/dpa

El filósofo y politólogo norteamericano Jonathan Paul Day habla en su disertación “La estrategias de campañas presidenciales” de cuatro tipos de tácticas comúnmente seguidas en campañas electorales: Persuasión, cuando se consigue cambiar el voto de un votante con éxito, Recompensa, cuando se hace un particular asunto especialmente sobresaliente, Movilización, cuando se busca hacer que un ciudadano vote, y Alteración estratégica, cuando se hace que un votante cambie su decisión debido a lo que hacen los demás.

En el caso de la campaña electoral venezolana, las escaramuzas verbales ya habituales en Hugo Chávez serían su estrategia para movilizar a un sector de la juventud hastiado de la política. Y según el actual Gobierno, parece que la estrategia está funcionando: solo para estos comicios se sumaron un millón más de jóvenes registrados para ir a las urnas.

Aún está por verse si este panorama preelectoral modificará el rumbo político del país. En cualquier caso, los dardos verbales de ambos candidatos quedarán en los anales de la política venezolana.

Autora: Lydia Aranda Barandiain
Editora: Cristina Papaleo