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Deslizamiento hacia la derecha

Samira Schackle (LG/EL)15 de mayo de 2015

Para el primer gabinete completamente Tory en veinte años, la agenda estará marcada por la austeridad, el independentismo de Escocia y la renegociación de la relación con la Unión Europea.

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Großbritannien Wahl zum Unterhaus Ergebnis Die Konservativen David Cameron
Imagen: Getty Images/P. Macdiarmid

Durante meses, los analistas vislumbraron el fin del bipartidismo en la política británica. Pero las pasadas elecciones dejaron un resultado inesperado: una mayoría absoluta para el Partido Conservador. Pequeña: 331 de los 650 escaños. Pero es la primera en veinte años. David Cameron parece querer usar esta mayoría recortar las políticas de bienestar, reducir el Estado y redefinir la relación con Europa.

"Va a ser interesante ver si los conservadores pueden cumplir las bajadas de impuestos que prometieron", dice Ed Rennie, responsable de ética en el think tank independiente ResPublica. "Ya no pueden recurrir a la excusa de la coalición con el Partido Liberal Demócrata. Han prometido mucho, pero que puedan cumplir dependerá de que el crecimiento económico se mantenga. Habrá recortes graves para el bienestar".

La renegociación de los lazos con la UE

En el corazón del programa conservador estaba la promesa de celebrar durante 2017 un referéndum sobre la permanencia en la Unión Europea. Cameron hará campaña por la permanencia. Pero si pierde, tendrá que actuar en consecuencia. "UKIP sólo tiene un diputado, por lo que su voz hará menos ruido que durante la campaña electoral", dice Duncan O'Leary, director de investigación del think tank Demos. "Sin embargo, tomarán importancia los diputados euroescépticos, ya que el gobierno va a depender de sus votos para mantener su pequeña mayoría en el Parlamento".



"La nueva Comisión Europea acepta la necesidad de hacer el bloque más competitivo y eliminar trámites burocráticos", dice Allie Renison, responsable de política comercial y Unión Europea en el grupo de presión empresarial Institute of Directors. "Otros objetivos son más polémicos, como suprimir de los tratados el compromiso de una 'unión cada vez más estrecha'. La modificación del Tratado es un tema particularmente espinoso ya que requeriría referendos en diversos países, cuando para el resto de Europa lo más apremiante es la recuperación económica de la zona euro".

Salvando la unión

Otra cuestión importante es la de Escocia. Tras el referéndum de independencia del año pasado, el Partido Nacional Escocés ganó casi todos los escaños en la región. "Muchos poderes –incluido el de subir o bajar impuestos– serán delegados a Escocia en un más 'federal' Reino Unido", dice O'Leary. Sin embargo, concluye, "a corto plazo sólo habrá otro referéndum sobre Escocia si el Reino Unido elige salir de la UE".

En la actualidad, la llamada "devo max" para Escocia ('delegación política máxima'), apoyada por la mayoría de escoceses, parece ser la opción más probable que el gobierno persiga. "Será interesante ver cómo el debate se desarrolla entre los conservadores, ya que hay voces dentro del partido que se oponen a esa descentralización política plena, así como dentro del Partido Laborista y del SNP", dice Rennie. "Es discutible que esa total descentralización para Escocia salve la unidad del Reino Unido".