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La crisis de la tradición

Daniel Martínez25 de octubre de 2014

Aunque en el fútbol alemán los equipos con un profundo arraigo popular, una rica historia y un fuerte vínculo sentimental con sus aficiones son especialmente apreciados, cada vez hay menos de ellos en la Bundesliga.

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50. Jubiläum der Bundesliga-Gründung
Imagen: picture-alliance/dpa

En Alemania el mundo del fútbol está dividido entre los equipos considerados “de tradición” (Dortmund, Colonia, Schalke) por haber sido construidos de forma lenta, paso a paso, y con participación de los aficionados, y aquellos “sin tradición” (Hoffenheim, Wolfsburgo, Leverkusen), cuyo ascenso ha sido vertiginoso gracias a que cuentan con más visión empresarial que apoyo popular.

Y mientras estos proyectos “no tradicionales”, que han demostrado ser sostenibles y rentables, se afianzan cada vez más en el fútbol germano, e incluso siguen creciendo, como demuestra el caso del RB Leipzig, la “tradición” se ha convertido en una especie en vía de extinción que se enfrenta a muchos problemas.

¿Dónde están los históricos?

Cuando se revisa la historia del fútbol alemán, y se observa con detenimiento la lista de los equipos de primera división de la Bundesliga, salta a la vista cuántos nombres faltan de los clubes que animaron durante años los campeonatos locales.

Para citar solo un ejemplo basta decir que la mitad de los 16 equipos que fundaron la Bundesliga hace poco más de 50 años no están ya en la primera división alemana. Cinco de ellos hacen parte de la división de ascenso (Braunschweig, Kaiserslautern, 1860 Múnich, Karlsruhe y Núremberg) mientras los tres restantes (Duisburg, Preussen Münster y Saarbrücken) luchan por sobrevivir en la tercera liga.

La mayoría de ellos, al igual que otros clubes tradicionales en Alemania, enfrenta dificultades económicas que han impedido que sus equipos asciendan a la categoría elite, o logren sostenerse en ella. El Kaiserslautern, la base de la selección alemana que conquistó el primer título mundial en 1954, lleva una década subiendo y bajando de categoría sin conseguir estabilizar su estructura deportiva y administrativa. Algo muy similar ha ocurrido con el Colonia, actualmente en primera división luego de completar su quinto ascenso en 10 años.

Otros, menos afortunados, simplemente han desaparecido del gran escenario del balompié germano pese a seguir contando con un incondicional apoyo popular. El Aquisgrán es uno de ellos pues pese a que el equipo compite hoy por hoy en la quinta división, tras haber encarado una quiebra total, sigue llevando a su estadio, el Tivoli, uno de los más modernos del país, a más de 4.000 espectadores por partido.

Esta cifra solo la supera el Rot-Weiss Essen (RWE), otro club tradicional pero arruinado e insolvente que cuenta con un pasado glorioso y una afición fiel. Semana a semana el club convoca en el estadio unas 5.000 personas a verlo jugar contra equipos de barrio. El RWE fue el hogar de la primera superestrella de Alemania, Helmut Rahn, e hizo despegar la carrera de otra de las más grandes figuras alemanas del momento: Mesut Özil.

La Alemania que desapareció

El proyecto deportivo sin tradición del RB Leipzig es la esperanza de que el fútbol de primera vuelva al oriente de Alemania.
El proyecto deportivo sin tradición del RB Leipzig es la esperanza de que el fútbol de primera vuelva al oriente de Alemania.Imagen: picture-alliance/dpa

Otro fenómeno interesante que documenta el ocaso de la “tradición” en el balompié alemán es la ausencia de clubes de las regiones del país que antes de la reunificación eran parte de la República Democrática Alemana (RDA), cuyo último campeón, el Hansa Rostock, consiguió mantenerse a lo largo de 10 campeonatos en la primera división antes de sucumbir con urgencias financieras que no ha superado, y que intenta todavía solucionar jugando en la tercera categoría.

Allí también compiten los que fueran los más importantes equipos de la RDA: el de mayor arraigo popular antes de la reunificación, el Dinamo Dresden; el Energie Cottbus que consiguió estar 6 años en primera; el Rot-Weiss Erfurt; el Chemnitzer FC; y el Hallescher FC. En la liga de ascenso tan solo hay tres clubes de la zona, dos de ellos de tradición pues fueron fundados hace más de 60 años: el Unión Berlín y el Erzgebirge Aue.

Curiosamente el tercero, que es el que más probabilidades tienen de llegar a primera división, es el producto de un proyecto empresarial, el RB Leipzig, que en la segunda división compite contra el líder del torneo de ascenso, el FC Ingolstadt. Este es otro club con apenas una década de historia que está obteniendo éxito gracias al respaldo financiero de la multinacional automotriz Audi, que tienen en la ciudad su sede internacional. En Ingolstadt no pesa demasiado el carecer de tradición, así como tampoco el limitado apoyo de la afición que lo convirtió la temporada pasada en el tercer equipo que menos público llevó al estadio (aproximadamente 6.500 personas por partido).