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Brasil atrae gran número de inmigrantes bolivianos

24 de mayo de 2010

En los diarios brasileños no son raras las noticias sobre talleres de costura que emplean bolivianos en un ritmo de trabajo esclavizante. ¿Verdad o exageración? De hecho la colonia boliviana crece en Sao Paulo.

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Sylvain SouchaudImagen: DW

En algunos trabajos académicos sobre el tema se llega a hablar de „senzalas bolivianas“, haciendo referencia a talleres de costura, donde los inmigrantes de aquel país son pagados por hora y por eso se autoesclavizan en jornadas de trabajo absurdas y habitan en viviendas inhumanas. Además del miedo constante a ser descubiertos por estar viviendo ilegalmente en Brasil.

„Como en todo lugar del mundo, quienes no tienen documentos son explotados. Esto sucede en cualquier lugar y aquí es la misma cosa. No siempre en el ramo de la costura, sino también en otros sectores como en los talleres mecánicos, por ejemplo. Una empresa formal no se va a arriesgar a contratar a un clandestino, lo que tiene por consecuencia que cuando éstos consiguen trabajo aceptan salarios mucho más bajos de lo normal“, dice Carlos Sotto, desde hace 39 años en Brasil y uno de los iniciadores de la feria de Praça Kantuta.

En esta feria se reúnen los bolivianos de Sao Paulo todos los domingos para jugar al fútbol, degustar comidas provenientes de su país, cantar, bailar y encontrarse con amigos. Allí se encuentra de todo, desde ofertas de ropa hasta peluqueros o plazas de juegos para niños. Según Sotto „continúan llegando un promedio de tres a cinco autobuses llenos de bolivianos cada día a Sao Paulo. La colonia es actualmente la que más crece en la ciudad“, nos cuenta, ubicado frente a su puesto de salteñas, en la Praça Kantuta.

Ausencia de guetos

Estimaciones extraoficiales, como la citada en un texto publicado por los investigadores Renato Cymbalista e Iara Rolnik Xavier, hablan de 100 mil bolivianos viviendo en la ciudad. En su mayoría jóvenes, de baja escolaridad, empleados en la industria de la vestimenta. Hay fuentes que llegan a mencionar a un total de 200 mil.

Si en un inicio los bolivianos estuvieron poco presentes en el espacio público, eso se dio en función del esquema de vivienda ofrecido a ellos, siempre con hospedaje en los mismos talleres de costura, donde trabajan y viven al mismo tiempo. Como acostumbran ganar por hora, realizan jornadas de trabajo exorbitantes, aspirando así a mejores salarios.

A pesar de estar concentrados en determinados barrios de la ciudad, los bolivianos no forman enclaves étnicos o guetos, como es el caso en metrópolis europeas. Raramente permanecen desocupados, otra diferencia más respecto a la situación de las minorías inmigrantes en grandes ciudades como Londres o París.

Perfil cambió a lo largo de dos años

Los primeros bolivianos que emigraron a Brasil eran por lo general estudiantes, que se trasladaron a Sao Paulo en los años 1950, dentro de programas de intercambio académico entre Brasil y Bolivia. Pero, a partir de la década de 1970, cambió el perfil del inmigrante.

„Para trabajar en ese sector de costura las personas que llegan hoy a Sao Paulo vienen del departamento de La Paz, de la región andina, urbana. Y principalmente de la ciudad suburbio El Alto. O sea, que tenemos que pensar esa migración en términos urbanos y no de un inmigrante que viene del medio rural, un campesino que es fácilmente explotado por los agentes de la ciudad“, explica el geógrafo Sylvain Souchad, investigador francés que estudia la migración boliviana en Brasil, en el marco de un proyecto conjunto entre una institución francesa de investigación y el Núcleo de Estudios de la Población (NEP) de la Universidad de Campinas (Unicamp).

Según Souchaud, muchos de esos inmigrantes bolivianos permanecen por poco tiempo en Brasil, teniendo siempre en vista el retorno a su país de origen. „Ellos acostumbran quedarse por uno o dos años y terminan regresando a El Alto, donde había permanecido su familia. Las relaciones sociales no están entre sus prioridades, mientras se encuentran en Brasil. La meta es trabajar, juntar dinero durante una temporada, realizar un proyecto –  por ejemplo, comprar una casa o financiar los estudios – y luego regresar. Hay mucho movimiento, muchos van y vuelven“, explica el investigador.

Fenómeno nuevo

Para el Brasil esa migración reciente es un hecho prácticamente inusitado. A pesar de ser un país de inmigrantes, los últimos movimientos de inmigración de masas hace mucho que están enterradas en el imaginario brasileño. Esa tendencia reciente refleja, según Souchaud, la nueva posición geopolítica asumida por Brasil en América Latina.

„El papel de Brasil en la región está creciendo cada vez más. Brasil no era un país de inmigración muy importante para sus vecinos, al contrario de la Argentina, que asumía en el pasado ese papel de polo migratorio regional. Ahora es Brasil quien comienza a asumir esta función. Esto incluye varios aspectos: la posición del país en la región, la forma en la cual se autodefine, las relaciones con sus vecinos y un mejor conocimiento de estos vecinos“, destaca el geógrafo.

Desconocimiento de la región

Conocer bien a sus vecinos no suele ser algo habitual en un país de las dimensiones de Brasil, donde no es raro decir „en América Latina“, para hablar de los países de lengua española, como si el propio Brasil no estuviera incluido dentro de esta denominación geográfica.

„Fue muy grande la dificultad para poder proponer el tema de la migración regional en Brasil como profesor. No son muchos los alumnos que quieren estudiar a los países vecinos. Mucho más interesante sigue siendo el inmigrante europeo. No hay una curiosidad muy fuerte en relación con los países vecinos. Eso está cambiando muy lentamente“, afirma Souchaud.

Pero si los brasileños saben poco de Bolivia, a la inversa ocurre lo mismo, dice el investigador francés, que ya vivió varios años en ambos países. El surgimiento de una población boliviana en Sao Paulo, dice él, „cuestiona un poco la identidad brasileña. Los brasileños, principalmente del Sudeste, se definen a través de una migración europea. Esa migración andina indígena transforma un poco el perfil migratorio del Brasil. Y en consecuencia puede llegar a cambiar la identidad del país, a largo plazo“, pronostica Souchaud.

Sin embargo, los bolivianos en general no pueden contar con la ayuda del Estado brasileño. „La única ayuda fue la de dar amnistía a los ilegales“, cuenta Carlos Sotto, al recordar que „si el Estado fuera a ayudar a los clandestinos en Brasil tendría que ayudar a coreanos, angoleños, bolivianos, ecuatorianos. Y el gobierno no tiene dinero ni para ayudar a los brasileños“, dice resignado el boliviano que vive hace ya casi 40 años en Sao Paulo.

Autora: Soraia Vilela (VR)

Editor: Claudia Herrera Pahl