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Berlín: bicitaxis y otros medios de transporte

Annika Zimmermann/ Violeta Campos10 de mayo de 2012

El metro es el mejor medio para trasladarse rápidamente en Berlín. Para apreciar las atracciones turísticas existen, en cambio, diferentes posibilidades de transporte: sobre ruedas y en barco.

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Stephanie Bart , con sus pasajeros.Imagen: Stephanie Bart

Stephanie B. está comiendo su tercer chocolate, como bicitaxista necesita mucha energía. En los días de verano, Berlín se llena de turistas. Apretujados, pasean por el mercado de libros enfrente del edificio de la Universidad de Humboldt. "¿Le gustaría dar un paseo a la Puerta de Brandeburgo en mi bicitaxi?", pregunta Stephanie a una joven familia. Desde hace diez años, ella transporta a turistas y berlineses en su carrito que apoda cariñosamente "Fronti". En su vehículo, los pasajeros van sentados adelante para poder apreciar el panorama de la ciudad y escuchar las informaciones sobre las diferentes atracciones turísticas por las que van pasando.

Cuando Stephanie empezó a trabajar, era una de las pocas mujeres que ejercían este oficio. Indiferente a los comentarios escépticos de sus colegas, dos años más tarde, se compró un bicitaxi y se estableció. Desde entonces, transporta a la gente más distinta: hombres de negocio que van apresuradamente de una cita a otra o hasta celebridades que se quieren perder por un momento en la muchedumbre. Una vez, el célebre peluquero alemán Udo Walz apareció en una gala en el bicitaxi de Stephanie.

Stephanie Bart no tiene preferencia en cuanto a sus pasajeros, lo más importante es que ellos disfruten el viaje y conserven buenos recuerdos. "Para mi, no hay nada más bonito que andar afuera disfrutando del aire libre. Mi pasión es mi trabajo." Solo en los meses de invierno no puede usar el bicitaxi, durante ese tiempo tiene que vivir de sus ahorros.

Manteniendo el equilibrio

John, por su parte, es turista en Berlín. Junto con un grupo de personas, el joven inglés toma parte en una visita guiada en "Segways". Este medio de transporte viene de los Estados Unidos y es impulsado eléctricamente. Si el conductor desplaza su peso, puede moverlo para adelante y para atrás. "¡Me gusta como se siente, rodar parado por la ciudad!", dice John. Al principio, todavía había tenido dudas de si lo iba a lograr. Después de una rápida explicación, le pareció bastante fácil: "Es como en una película de ciencia ficción. Parece que uno va flotando por la calle."

Gruppe von stehenden Segway Fahrern vor dem Potsdamer Platz Bild: Annika Zimmermann
Poco conocidos: los SegwaysImagen: DW

La ventaja de este tipo de excursión es que uno puede decidir el rumbo, sin tener que ajustarse a las rutas turísticas fijas. En los monumentos turísticos más conocidos, varios operadores de Segway ya ofrecen sus servicios. Pero parece que tanto los berlineses como los turistas todavía no se han acostumbrado a este medio de transporte. Frecuentemente, la gente se queda parada, volteando con asombro, viendo pasar a un grupo de conductores de Segways.

¡Bajen la cabeza!

Un tour menos activo pero más relajado se puede hacer en uno de los múltiples barcos de pasajeros de la ciudad. Berlín cuenta con más de 180 kilómetros de canales y aproximadamente 1000 puentes – más que Venecia. No importa si el recorrido por el Wannsee dura un día entero o sólo se trata de un recorrido corto por el centro de la ciudad: el pasajero puede eligir a su gusto e, incluso, optar por una cena romántica acompañada de fuegos artificiales.

Detlef Nicolai lleva 35 años entreteniendo a los pasajeros con sus anécdotas sobre la historia de Berlín. Es capitán y locutor en uno de los barcos turísticos. Apenas comienza el recorrido, Detlef, alegremente, empieza a contar sus historias, por ejemplo, de la Plaza del Castillo, en donde en tiempos de la República Democrática Alemana se encontraba el famoso Palacio de la República. El pueblo lo llamaba "La tienda de lámparas de Erich", por todos los candeleros que colgaban ahí.

Kapitän Detlef Nicolai auf seinem Schiff vor dem Berliner Dom Bild: Annika Zimmermann
Detlef Nicolai viaja, desde hace 35 años por los canales de Berlín.Imagen: DW

"Y ahora, por favor, bajen todos la cabeza, un golpe en la cabeza contra un puente como este duele muchísimo y cuesta", advierte Detlef. "¡Y todos sabemos que Berlín es sexy, pero pobre!". Los pasajeros sueltan una carcajada. Así es el humor de los berlineses: conocido mundialmente, no siempre apreciado, pero inconfundible. Mientras el sol va desapareciendo, poco a poco, entre la catedral y la cancillería, los pasajeros se dejan embelesar por el encanto de la ciudad. Berlín está llena de sorpresas.      

Autor: Annika Zimmermann/ Violeta Campos

Editora: Emilia Rojas