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Bayern Múnich: la nueva incertidumbre

Daniel Martínez30 de abril de 2014

Después del contundente 4-0 logrado por el Real Madrid en Múnich, todos los elogios se los llevan los españoles. Las críticas, las dudas, las incertidumbres, y la necesidad de tomar correctivos están de lado del Bayern.

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Imagen: picture-alliance/dpa

En el club, como consecuencia de los sucedido en la semifinal de la Champions League, se vienen cambios, que serán profundos, significantes, pero inusuales. En debacles como la sufrida por los bávaros, ante su público y en su estadio, la reacción natural de la afición y la crítica es pedir la cabeza del entrenador. Las directivas, usualmente, complacen y aprovechan el momento de crisis para introducir un nuevo aliciente en la plantilla de jugadores, presentándole un nuevo jefe.

En la historia reciente del Bayern esto aconteció con Jürgen Klinsmann, y luego con Louis van Gaal. Pero con Pep Guardiola algo así -en esta ocasión- no sucederá, por varias razones. Una de ellas es que el club alemán dejó de ser un “equipo de jugadores” para convertirse en uno de “entrenador”.

El peso de los futbolistas en el Bayern se ha vuelto muy menor. El del entrenador, en cambio, es cada vez más abrumador. La institución insignia del fútbol alemán ha apostado sin reservas a favor de Pep Guardiola, en quien confía con fe ciega, cuyo trabajo respeta y con profunda convicción comparte sus ideas.

La línea se mantiene

El debate público sobre si la filosofía futbolística de Guardiola es apropiada para el Bayern, es totalmente ajeno al club. Para las directivas, el camino a seguir es el que marca el entrenador catalán, a quien no solo califican de “genial” (Karl-Heinz Rummenigge), sino que ya se acercaron a él para ofrecerle la renovación anticipada del contrato que vence en el 2016.

Guardiola, además, ha enfatizado una y otra vez que fiel a su forma de ver el fútbol, y al estilo que quiere practicar con sus equipos, seguirá construyendo a partir de los cimientos de la posesión de balón, el sobrepeso en el mediocampo, y el dominio del juego posicional. Esos son sus principios innegociables, y en el Bayern no ven la necesidad de empezar a regatear al respecto.

Champions League Halbfinale FC Bayern München - Real Madrid CF
Bayern Múnich: haber perdido 4-0 en el Allianz Arena acelerará el proyecto de Guardiola.Imagen: Getty Images

La línea que el catalán introdujo se mantendrá. Al fin y al cabo, aunque el momento sugiera otra cosa, el Bayern ha disfrutado de sus positivos resultados: campeón de la Supercopa Continental (superando al Chelsea), campeón mundial de clubes, campeón de la Bundesliga en un tiempo récord, finalista de la Copa Alemana (que disputará el 17 de mayo contra el Dortmund). Todo logrado en apenas una temporada.

El equipo aún no está listo

Aún así, como demostró la semifinal de la Champions League, el equipo que quiere Guardiola todavía no está listo. El entrenador ya afianzó los principios básicos de su idea futbolística en el grupo, y este es un salto enorme que se dio en un corto plazo. Pero la plantilla de jugadores a su disposición, pese a la calidad que tiene, no es la suya, y tampoco la que de verdad necesita para seguir adelante.

El Bayern de la temporada 2013/2014, ese que cayó estrepitosamente contra el Real Madrid, sigue siendo, en esencia, el equipo campeón que formó su predecesor. Por eso Guardiola regularmente acudió a mecanismos y formaciones conocidas bajo Jupp Heynckes, el entrenador que ganó el “triplete”. Ellas le permitían probar sus innovaciones sirviéndose de la inercia que se traía del año anterior.

Para las grandes citas ese capital no alcanzó. El estilo de Pep Guardiola requiere otros futbolistas, y al sonoro “es Thiago, o ninguno”, que formuló pocas semanas después de haber asumido como entrenador del Bayern pidiendo el fichaje del exjugador del Barcelona, le seguirán este verano, seguramente con menos ruido, una larga lista de nombres de jugadores.

Al director deportivo del Bayern, Matthias Sammer, le esperan tres meses muy movidos y de intenso trabajo apurando la salida de varias fichas de la plantilla actual (Franck Ribéry y Toni Kroos posiblemente entre los más prominentes) y finiquitando la contratación de nuevos valores. El club de Múnich va a agitar el mercado, e impondrá sus condiciones, pues es el único del mundo con capacidad de comprar sin endeudarse, y de prometer a los mejores talentos perspectivas de éxito palpables.

Los correctivos

Haber perdido 4-0 en el Allianz Arena no solo generará la renovación puntual y excelsa de una plantilla que como la del Bayern ya es fuerte, y de gran lujo, sino que en el aspecto futbolístico, ya con los jugadores apropiados para ejecutarla, acelerará el proyecto de Guardiola.

El Bayern de la primera temporada del entrenador catalán en Alemania fue capaz de poseer el balón, dominar y doblegar al contrario, y llenarse de recursos técnicos y alternativas tácticas. Los bávaros aprendieron a jugar otro fútbol, uno de control y paciencia, que asimilaron tan a fondo que lo convirtieron en algo robótico y estandarizado.

El segundo año de Guardiola, con nuevas caras a su disposición, será el de la introducción del ritmo y la velocidad en su concepto, que hasta ahora ha venido siendo interpretado con lentitud, casi de forma estática. Además, el entrenador se liberará definitivamente de las formaciones de su antecesor que la necesidad le obligó a implementar. La afición tendrá que acostumbrarse a una línea defensiva de tres, a un mediocampo poblado por delanteros, y una delantera compuesta por mediocampistas.

Pero tal vez el correctivo más importante que introducirá Pep Guardiola en su segunda temporada en Alemania es la de nunca más ponerle punto final a una historia en la que todavía quedan páginas por escribir. El entrenador ha aprendido de su mayor error: haber cerrado el capítulo Bundesliga una vez que la ganó. Cuando Guardiola hizo esto acabó con la tensión en el Bayern, le quitó el valor a su mejor campo de entrenamientos y esa medida le costó la Champions League.