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Atracción sexual se vuelve trampa mortal para miles de animales en Alemania

25 de julio de 2009

El verano es una época propicia para accidentes de tráfico provocados por animales. La Fundación alemana de Animales Salvajes intenta concienciar sobre el serio problema, que cada año mata a 200.000 ciervos en Alemania.

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Cuando la pasión desconecta la razón, se puede terminar muy mal...Imagen: AP

Con la llegada del verano no sólo suben las temperaturas, también las hormonas están en el aire. El corzo, por ejemplo, un ciervo pequeño muy habitual en Europa, se vuelve muy posesivo durante su época de celo, a principios de verano.

Los machos tratan de mantener a otros machos lejos de su área y así tener más influencia sobre las hembras. La hembra, por su parte, segrega un olor muy seductor durante esta época del año. Atraídos por ese aroma, los machos siguen a la hembra ciegamente. Estas persecuciones terminan frecuentemente en desgracia.

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Ciervo rojo en celo en los bosques alemanes del Eifel.Imagen: blickwinkel / R. Wittek

Carreteras con mucho tráfico, autopistas y canales son barreras insalvables para muchos animales salvajes, desde zorros hasta ciervos. La creciente construcción de vías de comunicación entre ciudades fragmenta y disminuye los hábitats de los animales.

Estos caminos para el hombre se convierten en auténticas barreras para los animales, encerrándolos en su propio hábitat y despojándolos de la movilidad y la libertad que necesitan. Para poder sobrevivir, tienen que salir a menudo de su espacio vital convertido ahora en isla ya sea para buscar alimento o movidos por la necesidad de apareamiento.

Cifras espeluznantes

Señal de paso de animales en libertad
Señal de paso de animales en libertadImagen: DPA

Andreas Kinser, experto forestal de la Fundación Alemana de Animales Salvajes (Deutsche Wildtier Stiftung), afirma que, según las estadísticas oficiales, cada año en Alemania mueren alrededor de 200.000 corzos en las carreteras, unos 30.000 jabalíes y otros tantos animales como ciervos, conejos, perros, zorros, etc. Pero las estadísticas no acaban allí.

Se calcula, afirma Kinser, que tan sólo un diez por ciento de los accidentes causados por animales son denunciados. Este problema es el más grave, destaca, pues muchos animales mueren o quedan gravemente heridos, y es preciso y urgente ayudarlos; otros quedan en medio de la calzada obstaculizando la circulación y provocando atascos u otros accidentes.

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Ciervo, al lado de su pareja, defiende su territorio.Imagen: blickwinkel/R. Wittek

La solución de este problema, añade Kinser, “es importante no sólo para nuestra Fundación, sino también para las empresas aseguradoras, que son las que asumen los lastres económicos de estos accidentes”. Es importante, a su vez, crear conciencia de la gravedad del problema: señales viales de circulación sobre el cruce de animales, reducir la velocidad, estar atento a posibles frenadas bruscas y controlar el margen de la carretera. Las zonas que más peligro entrañan son los tramos entre campo y bosque, las carreteras nacionales y caminos locales.

En caso de accidente, recomienda Kinser, es necesario asegurar el lugar y llamar a la policía. Ellos se encargan de llamar a la guardia forestal o a los cazadores del coto para retirar el animal. Si éste ha huido del lugar del accidente, es de gran ayuda marcar el lugar y el sendero de huida. El cazador podrá entonces seguir con ayuda de un perro el rastro, e identificar si el animal corre peligro.

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Ciervos en celo enredados en la cornamenta del contrincante.Imagen: blickwinkel / I. Van Haan

“Los animales necesitan su espacio vital, están acostumbrados a determinados hábitats y la incursión del hombre es algo devastador para su permanencia, esto se debería tener en cuenta a la hora de estudiar el trazado de una carretera”, comenta Kinser.

Para tratar de impedir accidentes, señala Kinser, las autopistas ya cuentan con vallas metálicas, barreras olfativas y luminosas para reforzar el alejamiento de animales de las vías. Existen incluso pasos superiores e inferiores para dar continuidad a los hábitats naturales. “Estos trabajos, continúa, son esenciales para poder asegurar un mínimo de seguridad, tanto a los viajantes como a los animales, sobre todo a estos últimos”.

Autora: Lara Ortiz de Landazuri

Editor: José Ospina Valencia