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Asesinato de opositor tunecino “es parte de un complot”

7 de febrero de 2013

El presidente interino del país lanzó esa tesis al volver a su país desde Estrasburgo. Mientras, Túnez se sume en el caos y las protestas arrecian.

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Imagen: Khalil/AFP/Getty Images

El presidente interino de Túnez, Moncef Markuzi, aseguró este jueves (07.02.2013) que el crimen del dirigente opositor Chokri Belaïd “es parte de un complot lanzado contra el país para amenazar su seguridad y estabilidad”. Las declaraciones las dio al volver de una gira por Europa. A su juicio, “los últimos ataques contra mausoleos forman también parte” de esa conspiración, informó la agencia tunecina de noticias TAP.

Markuzi destacó que él confía en que las fuerzas de seguridad podrán explicar cabalmente el asesinato de Belaïd, un político respetado en el país cuya muerte desató una ola de protestas que se extendió hasta este jueves y que amenaza con continuar y sumir al país en el caos.

La jornada continuó con duras manifestaciones en la capital del país, Túnez, y en la localidad de Sidi Bouzid, donde comenzó la llamada “primavera árabe” hace dos años. La policía reprimió las protestas con gases lacrimógenos para dispersar a quienes se acercaron al ministerio del Interior, mientras que hubo enfrentamientos a piedrazos en Gafsa, donde siete personas resultaron heridas.



En ciudades como Sfax, Susa, Monastir, Siliana, El Kef, Sidi Busid, Kebili y Medenin, miles de manifestantes se concentraron de manera espontánea para condenar el fallecimiento de Belaïd, un político que había comenzado su carrera en la clandestinidad y que encabezaba un pequeño partido opositor.

Discrepancias internas

Temiendo que la violencia se extienda, muchos comercios y colegios permanecerán cerrados el viernes y el sábado, a la vez que el mayor sindicato del país anunció una huelga general. Un asesor del líder sindical Hussein Abassi dijo que éste había recibido una amenaza de muerte tras anunciar la convocatoria a la que sería la primera huelga general en el país en 34 años.

Mientras todo eso sucede, el partido islamista Ennahda, al que pertenece el primer ministro, expresó su malestar por la decisión de Hamadi Yebali de disolver su gabinete y conformar un gobierno tecnócrata. "El primer ministro no pidió la opinión de su partido", dijo Abdelhamid Jelassi, vicepresidente de Ennahda.

"Nosotros en Ennahda creemos que Túnez necesita un Gobierno político. Continuaremos con los debates con otros partidos políticos sobre la formación de una coalición gobernante", agregó. La oposición tampoco estuvo de acuerdo con el llamado a formar un nuevo Ejecutivo, lo que habla de la crisis por la que atraviesa el país donde comenzó la revolución árabe en 2011.

DZ (Reuters, TAP, Agencias)

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