1. Ir al contenido
  2. Ir al menú principal
  3. Ir a más sitios de DW

América Latina: menos católica, no menos creyente

Mirra Banchón26 de junio de 2014

Según Latinobarómetro, en Latinoamérica los católicos disminuyen, los evangélicos aumentan y, en algunos países, los agnósticos también. No obstante, “sigue siendo muy creyente”, afirma especialista.

https://p.dw.com/p/1CQQk
Weltjugendtag in Rio de Janeiro 2013
Imagen: Jürgen Escher/Adveniat

Del 80% al 67% han disminuido entre 1995 y 2014 el número de católicos en 18 países de América Latina. En países como Nicaragua y Honduras este porcentaje ronda el 30% de la población total, según el último informe de la corporación Latinobarómetro. ¿Significa esto que América Latina ya no es un continente católico? Podría ser.

No obstante, los que abandonan el catolicismo suelen abrazar otra religión. Y en muchos de los que declaran ser agnósticos o ateos se detectan otras formas de espiritualidad.

Más de una religión

“Para la mitad de la región el catolicismo ha dejado de ser dominante, hoy es una región claramente con más de una religión”, se afirma en el informe. El Salvador, Nicaragua, Honduras y Guatemala las religiones evangélicas han captado en ese período 30% de los creyentes.

“Los datos censales de principios del siglo XX indican que el catolicismo en toda América Latina oscilaba entre el 95% y el 99%. Desde el siglo XIX fueron desarrollándose otras opciones religiosas -luteranos, anglicanos, reformados. A mitad del siglo XX, comienzan a extenderse las pentecostales”, explica a DW Cristián Parker Gumucio, sociólogo especialista en religiones de la Universidad de Santiago de Chile.

Por otro lado, la cercanía de Estados Unidos –en donde las últimas décadas ha habido una expansión de movimientos evangélicos y pentescostales- explica el fenómeno en América Central, que ha sido "misionada" desde el norte. El gran flujo migratorio aporta al fenómeno.

Thronaltar - Geburtstagsfest
Un altar de la Santería cubanaImagen: Dr. Lioba Rossbach de Olmos

Secularización

Según el Latinobarómetro, lejos de disminuir, en América Latina las religiones se transforman, aunque sobre todo en el cono sur aumenta el porcentaje de los que se declaran agnósticos. Como ejemplo, Uruguay: en 1995 había 60% católicos y 18% agnósticos; en 2013, 41% de católicos y el 38% agnóstico.

“Aquí la secularización no genera de manera directa el incremento de la no creencia como en el Viejo Continente. Insatisfechos con las Iglesias, la disidencia religiosa se da por la búsqueda de otras formas de creencias y espiritualidades”, explica Parker Gumucio. Estudios realizados en México, Argentina, Brasil y Chile comprueban que muchos de los que dicen no ser creyente, tienen otras formas de espiritualidad.

Dios y Dioses

“Las transformaciones de las religiones se dan en el contexto de una larga historia de tradiciones culturales”, sigue el especialista recordando el sincretismo habido con las culturas indígenas y, sobre todo para el Brasil y el Caribe, con las africanas.

“Muchos de los catolicismos populares mantuvieron elementos de estas culturas, que no creen en un Dios único, pero sí en una manifestación diversa de seres que animan tanto la naturaleza como a las personas”, afirma.

“La sanación a través de las manos, en los curanderos, en la medicina tradicional son creencias religiosas y mueven a un porcentaje no menor de la población”, expone.

Jesus Christus Figur bei Osterprozession in Nicaragua
Procesión de Pascua en NicaraguaImagen: AP

El papel del Papa

Por último, si a la pérdida de influencia de la Iglesia Católica se une su desprestigio por los escándalos de los últimos años, se puede hablar de una crisis del catolicismo. Con todo, según Parker, “se sigue detectando un fuerte activismo de base en parroquias y comunidades".

En su opinión, en este contexto, la figura del actual Papa es muy importante: no sólo porque provenga de Argentina, sino por su posición de que el catolicismo no puede permanecer ajeno al drama de las personas. No descarta que Francisco llegue a tener impacto mayor en revitalizar el cristianismo en una América Latina que, ahora muy diversificada, “sigue siendo muy creyente”.