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Alemania se acerca a la cúspide industrial

Sabine Kinkartz 22 de octubre de 2012

Alemania, locomotora económica de Europa, desafía a la crisis. ¿Cómo lo logra?, se preguntan en el extranjero. El secreto está en una sólida industria y en las ventajas comparativas como emplazamiento industrial.

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Fábrica de motores en Alemania.Imagen: picture-alliance/dpa

En ninguna de las potencias económicas tradicionales tiene la producción industrial un papel tan relevante como en Alemania. Este sector genera el 23 por ciento de la productividad, lo que sólo es equiparable a los casos de Japón y Corea del Sur.

Para los inversionistas industriales, Alemania también parece ser más atractiva que el promedio. Así se desprende de un estudio presentado este martes (22.10.2012) por el Instituto de la Economía alemana (IW), que analizó la calidad de 45 Estados como emplazamientos industriales. Alemania, que en 1995 ocupaba el lugar número 14 en este ranking, subió en 2012 al quinto puesto.

Michael Hüther, director de IW, sitúa a Alemania en la categoría “strong and growing”, algo que, según destaca, no se puede decir de ningún otro país industrializado.

Amplias ventajas

El auge de la industria en Alemania

Alemania cuenta con muchas ventajas, no solo en cuanto a infraestructura. Un marco competitivo fomenta las innovaciones; mercados abiertos impiden el surgimiento de monopolios. La fuerza laboral germana tiene un buen nivel de cualificación, sobre todo en el campo técnico y en el de la ingeniería. La fiable protección de la propiedad intelectual, la existencia de suficientes proveedores de buen rendimiento y la estabilidad en el suministro de materias primas y energía surten también un efecto positivo.

Nada buena es en cambio la apreciación en lo relativo a los crecientes precios de la energía y la electricidad. El vuelco hacia una mayor utilización de energías renovables y los costos derivados plantean muchos interrogantes, según el director del IW.

Puntos débiles

Hay también otros costos que Hüther identifica como puntos débiles de la plaza industrial germana. Entre ellos se cuentan los costos salariales por hora, la carga financiera impositiva y los costos ligados al cumplimiento de estándares medioambientales. “En este aspecto, el índice de Alemania está por debajo del promedio de los 45 Estados examinados”, indica.

Michael Hüther, director del IW.
Michael Hüther, director del IW.Imagen: picture-alliance/ dpa

En la cúspide del ranking de plazas industriales se encuentra Estados Unidos. Allí, las empresas deben lidiar con relativamente pocas trabas burocráticas. Además disponen de un gigantesco mercado, con un enorme potencial de clientes. También Suecia, Dinamarca y Suiza quedaron mejor situadas que Alemania.

En comparación con los Estados industrializados, países emergentes como Brasil, Rusia y China presentan un desarrollo particularmente dinámico. Motivo de preocupación brindan en cambio países europeos en crisis como Grecia, Italia y Portugal, que bajaron en el ranking.

El vigor de la mediana empresa

Italia, al igual que Francia, se cuenta entre los países europeos en los que se impulsó con mayor vigor en los últimos años el cambio hacia una sociedad de servicios. También en Alemania se debatió de sobra sobre el significado de los servicios, indica Michael Hüther, y apunta: “No se siguió sin embargo esa moda, y eso hizo posible estabilizar y desarrollar en Alemania la base industrial a nivel de la mediana empresa y la pequeña, también estructurada en regiones y redes”.

La empresa mediana, un pilar de la economía alemana.
La empresa mediana, un pilar de la economía alemana.Imagen: picture-alliance/dpa

Son sobre todo las industrias medianas, con menos de 500 empleaos, las que hacen fuerte a Alemania. Cinco millones de personas trabajan en el área industrial alemana, de las cuales cuatro millones laboran en industrias medianas. En los años pasados, las empresas se han internacionalizado progresivamente. No solo exportan sus productos, sino también los correspondientes servicios, por ejemplo de mantención. Sin embargo, en la dependencia de las exportaciones radica también una debilidad. Si la coyuntura económica mundial sigue enfriándose el próximo año, también la industria alemana sufrirá las consecuencias.

Autora: Sabine Kinkartz / Emilia Rojas

Editor: José Ospina