1. Ir al contenido
  2. Ir al menú principal
  3. Ir a más sitios de DW

El fin del bloqueo de Leningrado

Marie Todeskino (VC)26 de enero de 2014

El 27 de enero de 1944 se levantó el bloqueo de Leningrado. En entrevista con DW, el historiador alemán Jörg Ganzenmüller habla del sitio como parte de la guerra de exterminio en Rusia y de la culpa del Ejército germano.

https://p.dw.com/p/1AxUe
Imagen: picture-alliance/akg

Durante casi 900 días, los habitantes de Leningrado estuvieron sitiados en su ciudad por el Ejército alemán. Fueron 900 días de hambre y frío. El 8 de septiembre de 1941, los alemanes habían cerrado el cerco alrededor de la actual San Petersburgo. No obstante, Hitler no pretendía conquistar la segunda ciudad más grande de la Unión Soviética, sino quería dejar morir de hambre sistemáticamente a sus habitantes.

Alrededor de un millón de personas perdieron la vida por el frío y la inanición. No fue hasta el 27 de enero de 1944, cuando las fuerzas soviéticas lograron liberar la ciudad. En entrevista con DW, el historiador alemán Jörg Ganzenmüller habla de la tragedia del bloqueo, que ha investigado a fondo.

DW: ¿Cómo vivieron los habitantes de Leningrado el fin del bloqueo?

El bloqueo se levantó en dos fases: a principios de 1943 la Flota Roja logró abrir un corredor de suministro, pero el cerco fue levantado definitivamente el 27 de enero de 1944. La gente festejó con salvas. No tenían suficientes fuerzas para bailar en las calles, pero el alivio fue muy grande en la ciudad. En la actualidad, cada año este día se sigue festejando a lo grande en San Petersburgo y está anclado en la memoria colectiva.

En Alemania, el recuerdo del bloqueo de Leningrado no juega un papel muy importante. ¿Por qué?

Durante mucho tiempo, Alemania recordó sobre todo aquellos lugares donde se cobraron muchas víctimas alemanas. Por ello, Stalingrado tiene un lugar central, como mito del sacrificio alemán, en la memoria de los alemanes. El bloqueo de Leningrado era visto como un táctica de guerra común y muchas veces se olvida que no se quería conquistar la ciudad, sino dejar morir de hambre a los habitantes.



¿Cómo se percibe este tema en la actualidad?

Después de la reunificación alemana hubo un cambio de percepción. En la antigua República Democrática Alemana, por ejemplo, el recuerdo de Leningrado estaba mucho más presente que en la Alemania Occidental. En 2001, el entonces canciller Gerhard Schröder y su homólogo ruso Vladimir Putin depositaron juntos una corona de laurel en el lugar conmemorativo del bloqueo de San Petersburgo. Hoy en día, el cerco también está mucho más presente en los medios de comunicación alemanes.

Usted ha investigado a fondo durante años el bloqueo de Leningrado. ¿Qué fue lo que más le impresionó?

Las estrategias de supervivencia de las personas son las que mejor ejemplifican esta catástrofe humana. Ellos arrancaron el empapelado de las paredes y trataron de rascar el pegamento para comérselo. Además, devoraron a sus propias mascotas y también a ratas. Hasta hubo casos de canibalismo.

En su libro describe el bloqueo como parte de la política alemana de exterminio. ¿Qué se pretendía alcanzar con ello?

Durante la campaña militar contra Rusia se pretendía alimentar al Ejército alemán del campo ruso. Para que alcanzaran los alimentos, se decidió dejar morir de hambre a la población local, sobre todo en las ciudades grandes.

¿En qué sentido es Leningrado un ejemplo de los crímenes de guerra del Ejército alemán?

La política alemana del hambre se llevó a la práctica sobre todo en dos ocasiones: en Leningrado y en el trato que se les dio a los prisioneros soviéticos. Estos fueron crímenes que se llevaron a cabo bajo el comando del Ejército alemán. Por lo tanto, son claros ejemplos de crímenes perpetrados por el Ejército y no por otras organizaciones como el cuerpo de combate de élite SS.

Jörg Ganzenmüller imparte clases de Historia de Europa del Este en la Universidad de Jena y ha escrito un libro sobre el bloqueo de Leningrado.

El levantamiento del bloqueo de Leningrado está anclado en la memoria colectiva rusa.
El levantamiento del bloqueo de Leningrado está anclado en la memoria colectiva rusa.Imagen: DW/V. Izotow